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Independentismo en África

Hace unos meses The Guardian publicaba este mapa interactivo sobre el independentismo en África, que me dejó impresionada. Recoge todos los conflictos nacionales que hay en el continente y nos ofrece lo que podría ser la África del futuro. Me parece un gráfico muy interesante aunque tiene el problema de que mezcla algunos conflictos que son verdaderos dramas nacionales, con movimientos separatistas puramente testimoniales a los que no habría que dar mayor importancia. Y de este modo, creo que se termina por caricaturizar un poco el tema. Porque si hiciéramos lo mismo con el mapa de Europa, o con el de España mismamente, creo que ni nos cabrían las flechas par hacer países nuevos.

 

Independentismo en África

Por ejemplo, habla del “Reino de Lunda Tchowke”, al que le asigna ¡la mitad de Angola! Y sobre el que escribe: “este autoproclamado estado no ha sido reconocido, pero tiene una página en Facebook”. No sé nada sobre tal reino, así que no puedo opinar mucho, pero si lo más destacado es que tiene página en Facebook…

Más allá de algunas anécdotas como ésta, la realidad es que en la mayoría de los países existen tensiones, que en muchas ocasiones provocan enfrentamientos, sino guerras más o menos abiertas.

Vamos a ver un somero repaso a estos conflictos. De norte a Sur, nos encontramos con:

El Sáhara, en Marruecos, que desde hace 30 años reivindica su independencia.

La Casamance, en Senegal, una reclamación histórica y que ha provocado años de larvada guerra entre los independentistas y el Estado.

El Azawad, en Mali, una insurrección a la que se añadieron los islamistas y que, después de un año en el que lograron hacerse con el control del territorio, terminó con la intervención francesa que recuperó el poder para Bamako.

– La secta Boko Haram, que reclamaría el norte de Nigeria.

– La Península de Bakassi, entre Nigeria y Camerún que tiene una historia interesantísima: no es un área estratégica, pero sí una zona rica en petróleo y de una extensión de unos 1.600 kilómetros que se extiende entre Nigeria y Camerún. Los dos países se la han disputado desde 1913, y el enfrentamiento terminó con una confrontación creciente en 1993. Lo que podría haber terminado en guerra se lidió, sin embargo, por la vía legal: Camerún solicitó a la Corte Internacional de Justicia que emitiera su dictáment sobre la soberanía de la península –ocupada por Nigeria-, y tras 8 aós de estudio, en 2002, la Corte dio la razón a Camerún. Aunque Nigeria no lo aceptó de buen grado, terminó retirándose de la zona y las partes acordaron tomar medidas de refuerzo de la confianza entre ellas. El problema es que alrededor del 90% de la población son, o se consideran, nigerianos, por lo que en 2006 se formó el Movimiento Bakassi para la Autodeterminación.

– En Angola, aparte del ya mencionado reino de Lunda Tchowke, nos encontramos con el conflicto de Cabinda.

Kabilya, en Argelia: un pequeño movimiento con sede en París, que reclama la independencia de la pequeña región de la Kabilya, hogar de multitud de bereberes.

– Bengashi, en Libia, que reclama mayor autonomía

Y así hasta casi 24 conflictos diferentes, desde Zambia a Tanzania pasando por Zimbabwe o Etiopía, y sin olvidarnos de los grandes enfrentamientos en la República Democrática del Congo (Katanga y el Kivu), Sudán (Darfur, Sudán del Este y la zona fronteriza con Sudán del Sur) y Somalia (con Somaliland, Puntland y Jubaland).

En resumen, un continente donde muchos no se sienten agusto con su pertenencia nacional y donde hace falta muy poco para que renazcan los conflictos, generalmente impulsados por luchas de intereses.

 

Afriscope, magazine cultural y ciudadano

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Afriscope, que se define como un magazine cultural y ciudadano, es una revista de 32 páginas que se publica cada dos meses y tiene una tirada de¡ 50.000 ejemplares!. Editada por la redacción de Africultures, su objetivo es documentar las iniciativas ciudadanas y la actualidad cultural ligadas a África, combatir los clichés y prejuicios que subsisten sobre los africanos, crear un lugar de encuentro y desarrollar el diálogo intercultural y la solidaridad. Una maravilla que se edita en Francia con el apoyo de varios ayuntamientos y que hace unos cuantos números llevaba las mujeres a su portada. Me ha encantado y quería compartirla. A ver qué os parece.

Afriscope, magazine cultural y ciudadano
Portada del número de enero

* Se pueden ver los artículos de este número pinchando aquí, encontraréis artículos muy interesantes sobre mujer, feminismo, literatura militante..

 

Negros en campos de concentración nazis

Negros en campos de concentración nazis
Cartel promocional de la película Negros en los campos de concentración nazis

La Asociación Media África busca financiación para traducir al castellano el libro ‘Negros en los campos de concentración nazis’.

De la Segunda Guerra Mundial se ha contado todo, dicen. Se han estudiado hasta la extenuación las batallas, los ataques aéreos, el desembarco de Normandía, la bomba atómica, la incorporación de Estados Unidos a la guerra, el nazismo, los campos de concentración, los españoles que participaron en la contienda…

Pero, como casi siempre, algunas partes de la historia han quedado al margen. Por ejemplo, no ha sido hasta hace muy poco tiempo que Francia ha empezado a reconocer a los soldados negros, africanos o antillanos provenientes de las colonias su importante colaboración en la contienda. En los últimos años se ha comenzado a estudiar el papel de los tiradores senegaleses y hasta se les ha hecho varios homenajes, pero sin embargo, apenas se ha hablado menos de aquellos que fueron enviados a los campos de concentración de los nazis, donde sufrieron, si es posible, humillaciones mayores que el resto de sus compañeros.

Esta es una de esas historias ocultas que se cuenta en el libro Noirs dans les camps nazis, un ensayo del autor franco-costamarfileño Serge Bilé que el propio escritor convirtió luego en película, la cual hemos podido ver en España gracias al Festival de Cine de Córdoba y sus sesiones de Cine Nómada. Un libro que, aunquue ha sido criticado por falta de rigor por algunos historiadores, sí descubre al menos una parte bastante ignorada de la Segunda Guerra Mundial, como es la permanencia de negros -africanos y antillanos- en los campos de concentración nazis.

Todo esto viene a cuento porque la Asociación Media África quiere traducir y editar el libro en castellano y para ello está buscando financiación a través de Verkami . En la página de la plataforma explican lo que les ha parecido más importante del libro y podéis leer más sobre la iniciativa y esta historia aquí:

Noirs dans les camps nazis aborda un drama desconocido de la Segunda Guerra Mundial: la deportación de negros a campos de concentración. Por pertenecer a la resistencia, por ser soldados o simplemente por haber sido apresados durante alguna redada, numerosos africanos, antillanos, estadounidenses y europeos conocieron ese infierno. También ellos sufrieron en Dachau, Mauthausen o Auschwitz, donde se les sometía a las peores humillaciones. A través de testimonios de supervivientes, recogidos en Alemania, Bélgica, España, Francia y Senegal, este libro homenajea a todas estas personas, y abre otra ventana para conmemorar el sexagésimo aniversario de la liberación de los campos nazis. No se conoce todo sobre la Segunda Guerra mundial. Este libro lo prueba mostrando un aspecto totalmente desconocido de un drama que no suelen mencionar los historiadores: la deportación de negros a los campos de exterminio de la Alemania de Hitler.

Negros en campos de concentración nazis

Serge Bilé es un escritor todoterreno que ha tocado multitud de temas y muy heterogéneos, desde el blanqueamiento de piel entre los negros a los cuentos para niños pasando por la historia medieval africana, como hace en el libro Quand les Noirs avaient des esclaves blancs (Cuando los negros tenían esclavos blancos). En este ensayo se relatan aquellos tiempos antes de la llegada de los conquistadores, cuando algunas incipientes ciudades africanas vivían su época de mayor apogeo.

Nacido en 1960 en Costa de Marfil, Serge Bilé estudió alemán y realizó sus estudios de periodismo en Francia. Es autor de un buen número de ensayos en los que analiza no sólo el mundo africano, sino también el de las Antillas y Sudamérica, a través de la diáspora. Es fundador de la asociación Akwaba y, como apasionado de la música que es, ha escrito numerosas letras de canciones para distintos artistas.

La película-documental basada en el libro se puede ver on line de forma gratuita. Se trata de una larga compilación de testimonios de personas que pasaron por los campos de concentración junto a algunos documentos, sobre todo fotográficos, de la época.

Joana Socías relata la historia de los haitianos que aprendieron a perder el miedo

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Un libro denuncia la realidad escondida en las plantaciones de azúcar dominicanas a través de la lucha llevada a cabo por el sacerdote anglo-español Christopher Harley Satorious.

cortador de caña de azucar en republica dominicana
"Una máquina cortadora de azúcar equivale al trabajo que realizan entre 125 y 200 hombres, y sin un buen mantenimiento sólo duran seis o siete años, mientras que trabajadores como Francisco Mais pueden llegar a vivir hasta 90". Autora: Joana Socías

Barracones, malos tratos, trabajo de sol a sol, manos ajadas, rebrote de enfermedades ya erradicadas… El vocabulario nos transporta al siglo XV pero éste no es un libro de historia sino una crónica de actualidad. Un amplio reportaje sobre la realidad de los cortadores de caña que viven como esclavos en las plantaciones de azúcar de San José de Los Llanos, en República Dominicana. Sobre ellos y sobre el hombre que les ayudó a plantar cara a su situación.

En el negocio azucarero en República Dominicana confluyen muchos actores, todos interesados en que las cosas continúen como hace siglos: mano de obra semiesclava para aumentar los beneficios; monopolio de la plantación y exportación del azúcar para mantener firme al Estado; control de los medios de comunicación y silencio cómplice de la jerarquía de la Iglesia Católica. Un complicado entramado del que nadie habla y en el que es prácticamente imposible meter mano.

Uno de los pocos que se atrevieron a hacerlo fue expulsado del país 10 años después de su llegada a Los Llanos. Se trataba del sacerdote anglo-español Christopher Harley Satorious, que en una década revolucionó las vidas de miles de cortadores de caña y puso entre la espada y la pared a una de las familias más poderosas del país. Su historia la cuenta Joana Socías en El púlpito de la miseria, una crónica sobre la esclavitud moderna que se adentra en las vidas de los cortadores de caña y los entresijos de los grandes entramados empresariales que rigen este negocio.

Trabajo de haitiano

Así se denomina en República Dominicana a cualquier empleo relacionado con la caña de azúcar. Un trabajo extremadamente duro que en Los Llanos no han querido mecanizar porque la mano de obra resulta más barata y eficiente que la maquinaria. Un trabajo perfecto para los haitianos que desde hace generaciones malviven en la República Dominicana. Una suerte de esclavos modernos dispuestos a todo porque, aunque saben que nunca serán dominicanos, tampoco son ya haitianos y no tienen dónde volver.

«En una década, el sacerdote anglo-español Christopher Harley Satorious revolucionó las vidas de miles de cortadores de caña y puso entre la espada y la pared a una de las familias más poderosas del país«

Su único lugar en el mundo es el batey. Un estado dentro del Estado, en el que a nadie importa lo que pasa y en el que durante siglos nunca ha cambiado nunca. “El batey es el infierno, pero ahí al menos se sienten seguros. Es el único sitio donde Migración no los irá a buscar porque entiende que es el único lugar que merecen”, escribe la autora.

Joana Socías relata la historia de los haitianos que aprendieron a perder el miedoDentro del batey funciona un sistema quasi feudal que las grandes familias han sabido diseñar a la perfección: los cortadores no cobran en dinero, sino en vales que sólo pueden cambiar en el colmado de la propia empresa; el sistema de escolaridad no llega ni a los cuatro cursos, no existe un censo oficial y por supuesto no tienen derecho a médico ni servicios básicos.

Esta es la situación con la que se encontró el padre Christopher, que llegó a República Dominicana en 1997 sin demasiadas pretensiones, con el objetivo de hacerse cargo de la parroquia y ayudar a sus fieles. Hasta que fue adentrándose en el batey, conociendo a niños desnutridos, a mujeres que perdieron la piel, a hombres que seguían trabajando a los 90 años… Hasta que empezó a enterarse de cómo funciona el sistema de importación de trabajadores desde Haití, donde las personas son compradas como animales; hasta que supo que todo el entramado dependía de una gran familia, y hasta que comenzó a trabajar con la abogada Noemí Méndez, una mujer que le dio las claves para moverse en ese mundo en el que todo está controlado.

La historia que cuenta Joana Socías es la de cómo estos haitianos aprendieron a perder el miedo, impulsados por el padre Christopher, que también tuvo que enfrentarse a su propio terror para denunciar la situación. Una denuncia que le hizo enfrentarse a todos: a la familia Vinci, todopoderosa propietaria de las plantaciones; al Estado, que se lucra del negocio y necesita mantener las buenas relaciones con las 20 familias que controlan el poder económico en el país-; a la propia jerarquía eclesiástica en el país, que prefirió acatar la orden de expulsión del padre Christopher a enfrentarse al Gobierno; a los medios de comunicación –salvo contadas y valientes excepciones, como el periodista Esteban Rosario*- y, sobre todo, a la ira de los propios dominicanos, que convirtieron la situación en una cuestión de orgullo nacional y cargaron las tintas contra el párroco, acusándolo de privilegiar a los haitianos frente a ellos (los dos países comparten la Isla de la Española).

Este libro es mucho más que una biografía de los años que el padre Christopher pasó en República en Dominicana. Es una visión amplia y profunda de un sistema que beneficia a muchos, no sólo en el pequeño país caribeño. En sus últimas páginas, el libro aborda la dimensión internacional del problema a través del proceso de denuncia pública iniciado en Estados Unidos contra la industria azucarera dominicana; los problemas del padre Christoper con Buonsucro –teóricamente destinada a certificar que el azúcar ha sido producido de forma responsable– y la lucha legal llevada a cabo ante los tribunales del país.

Una lucha que el sacerdote sigue manteniendo viva hoy desde su nueva misión, en una remota aldea de Etiopía desde la que sigue luchando contra la esclavitud semi-institucionalizada que vivió en su anterior destino.

Para más información sobre el azúcar y su proceso de producción, os recomiendo el libro de Laura Villadiego y Nazaret Castro sobre este producto: ‘Amarga dulzura: una historia sobre el origen del azucar».

Mujer africana: Voces entre dos orillas

Mañana, 17 de abril, tendrá lugar en la Casa de la Cultura de Barañain (Navarra) un encuentro para hablar de la mujer africana. Su historia, su femeneidad y feminismo, los estereotipos que tenemos sobre ellas..

La Conferencia correrá a cargo de la antropóloga Marian del Moral, que explicará cómo los medios de comunicación han creado determinados estereotipos sobre la cultura y la mujer african.

Agnes Agbotón, por su parte, transmitirá su propia visión como mujer y escritora africana.Mujer africana: Voces entre dos orillas

Licinio Azevedo: “Prefiero ver la película como un drama humano, no como una cuestión política”.

Entrevista a Licinio Azevedo

Licinio Azevedo: “Prefiero ver la película como un drama humano, no como una cuestión política”.
El director de cine Lilcino Azevedo, de origen brasileño, reside en Mozambique desde 1975 y allí ha realizdo algunas de sus mejores películas y documentales. En la imagen, durante su presencia en el Festival de Cine Africano de Córdoba en 2012. Foto: Aurora M. Alcojor

Tras 35 años dedicándose principalmente al documental, Licinio Azevedo (Porto Alegre, Brasil, 1951) se lanza por segunda vez al largometraje de ficción y presenta la película Virgin Margarida, que ha logrado congeniar con el público cordobés. Una ficción basada en hechos reales y probados y que todavía no se ha estrenado en Mozambique. “No sé cómo se recibirá allí, puede que no le guste al Gobierno. De todos modos, yo prefiero verlo como una película sobre un drama humano, no una cuestión política”.

Las reticencias del autor son comprensibles, pues la película cuestiona algunos de los métodos del primer gobierno revolucionario tras la Independencia. Un gobierno y unas ideas con las que él mismo, afirma, estaba de acuerdo, hasta que empezó a ver que en muchos casos terminaban siendo arbitrarias y no funcionan como debían. En Virgen Margarida, Azevedo vuelve a esos primeros años de independencia y retrata los llamados “campos de reeducación” para prostitutas.

¿Cómo descubrió la historia de estos centros?

Hace ya mucho tiempo, el fotógrafo Ricardo Rangel, que falleció hace dos años y era muy conocido en Mozambique, me enseñó una fotografía en la que aparecía una prostituta, agarrada por dos militares. Ricardo la había titulado “La última prostituta” y a raíz de la fotografía yo me puse a investigar sobre esa historia.

Recuerdo de sus años como periodista.

Pues sí, de hecho lo primero que pensé fue en hacer un documental. Y de ahí surgió «La última prostituta», un documental clásico, con entrevistas y mucha documentación. Fue después cuando decidí convertirlo en película.

La mayoría de las actrices que aparecen en la película no son profesionales, ¿cómo ha sido trabajar con ellas?

Para mí ha sido facilísimo. Siempre doy muchas facilidades a la hora de rodar, incluso para los diálogos. A veces me decían, “esto nunca lo diríamos así” y cambiábamos el guión para que fuera más natural. La única de las intérpretes que sí es profesional es la que hace el papel de comandante María Joȃ̴o, que es estudiante de teatro. Eso le da mayor seguridad, pero tampoco me gusta mucho utilizar actores de teatro, porque creo que es otro registro, distinto al del cine.

La comandante es, por cierto, la única que cree en este proceso de ‘reeducación’.

Sí, es una de las cosas que más me interesaba contar. El proceso inverso que se da gracias a la relación entre las prostitutas y las militares. Al final, es la comandante la que deja de lado su lenguaje revolucionario para utilizar el de las chicas, revelándose ella misma contra el sistema de reducación cuando se da cuenta de que no está funcionando.

Lleva 35 años en Mozambique pero es originario de Brasil, ¿por qué decidió instalarse en el país africano?

Yo trabajaba como periodista en Brasil, pero eran los años de la dictadura y toda estaba censurado. Durante años leí los teletipos de las agencias sobre los procesos revolucionarios en toda África, pero nunca podíamos escribir nada. Cuando por fin llegó la independencia, quise conocer lo que estaban haciendo nuestros hermanos africanos. Primero fui a Guinea Bissau y luego me invitaron a trabajar en el Instituto Nacional de Cinematografía de Mozambique, me instalé en Maputo, y allí me quedé.

¿Cómo es hoy en día el tejido productivo audiovisual en Mozambique?

Lamentablemente, apenas existe. En Mozambique siempre se han hecho muchos más trabajos documentales que de ficción, debido a los muchos años de guerra, y todavía hoy sigue siendo así. Hay algunas coproducciones con Sudáfrica y otras cuantas con la Unión Europea, pero muy pocas todavía, y menos aún que se puedan considerar producciones propias.

**Artículo publicado originalmente en la revista Africa Scientia

Virgin Margarida

La película mozambiqueña ‘Virgin Margarida’, presentada al público en el pasado Festival de Cine Africano de Córdoba en la  sección ‘Sueño africano’ por el Griot al mejor largometraje, no ganó la ansiada figura, pero sí consiguió el favor del público, que disfrutó con la película y el posterior debate con su director,Virgin Margarida Licinio Azevedo.

Ambientada en 1975, año I para el hombre y la mujer nuevos en el Mozambique independiente, Virgin Margarida nos muestra un drama humano causado por motivos políticos. En una redada en Maputo, cientos de prostitutas son detenidas y enviadas al norte del país, para ser internadas en un campo de reeducación, con el objetivo de descolonizar sus mentes y acabar con las lacras que trajo el colonizador. Entre ellas, la prostitución.

Basada en hechos reales –aunque estos campos duraron tan sólo unos dos años-, el director, Licino Azevedo, entrevistó a algunas de las mujeres que pasaron por los campos –tanto las prostitutas como a las militares encargadas de gestionarlos- para documentarse y construir los personajes de la película. Un filme que, a pesar del drama, no se vive como triste porque está impregnada de momentos divertidos, ácidos, picantes… gracias a la entrañable relación que se crea entre las mujeres y a la diversidad y espontaneidad de las mismas, encarnadas todas por actrices no profesionales.

Virgin Margarida

Ahí tenemos a Rosa, siempre rebelde frente a la autoridad; a las mujeres del norte, con sus vestimentas tradicionales, y a la pobre Margarida, una campesina, virgen para más inri, que ha sido detenida por error. Y entre ellas se establece una preciosa relación, en la que el denominador común es la indefensión ante el poder, por muy “liberador” que éste diga ser. Una liberación de las mentes, en la que nadie parece creer, salvo la comandante María Joȃ̴o, responsable del campo y, precisamente, la primera en rebelarse cuando ve que las cosas no están resultando como deberían.

 

La activista anti apartheid Mamphele Ramphele anuncia la creación de un nuevo partido

La activista anti apartheid sudafricana Mamphela Ramphele anunció oficialmente ayer (18 de febrero) la creación de una nueva plataforma política, Agang (que en Sesotho significa “construir”), que será el germen para un futuro partido político para las elecciones de 2014. Ramphele prometió la “construcción del país de nuestros sueños” y asegura que “declarará la guerra a la corrupción”.  La activista anti apartheid Mamphele Ramphele anuncia la creación de un nuevo partido

Desde la antigua cárcel de mujeres de Constitution Hill, en Johannesburgo, Ramphele dijo que “el país de nuestros sueños, desafortunadamente se ha desvanecido, especialmente para quienes viven en la pobreza y la indigencia”.

Hasta el momento, la acogida a la iniciativa de Ramphele ha sido variopinta. Algunas capas de la población esperaban este paso con entusiasmo, pero otros, entre ellos el CNA, alegan que “el nuevo partido podría desestabilizar Sudáfrica” , quizás refiriéndose a que podrían desestabilizarles a ellos. Tampoco la oposición de Alianza Democrática parecen estar contentos con el nuevo partido, ya que “podría fragmentar a los no votantes del ANC”, según declaró un miembro del partido. De hecho, parece ser que Hellen Zille habría intentado hace unos meses que Ramphele entrase a formar parte de su partido, pero ésta lo habría desechado. Por su parte, Cosatu, la gran federación de sindicatos, asegura que “no ve futuro para un partido como Agang”  De hecho, le han dedicado unas duras palabras: “Su política económica es totalmente indistinguible de la visión neoliberal de la DA, que quiere una economía de libre mercado para poder explotar a los trabajadores incrementando los beneficios de las grandes compañías”,dijeron en un comunicado de prensa, haciendo referencia a  su paso por algunas grandes multinacionales.

En su emotivo discurso de presentación –que se puede leer entero aquí-, Ramphele invitó a los sudafricanos a unirse a ella para construir el país de sus sueños.

Con una llamada especial a los sudafricanos de su generación, a los que invitó a recordar las esperanzas puestas en las primeras elecciones celebradas en 1994: “¿Recordáis nuestro compromiso para promover la dignidad y prohibir la humillación de nuestro pasado? ¿Recordáis que estábamos de acuerdo en que nuestra democracia sería conocida por ser responsable con todos los ciudadanos? ¿Lo recordáis?

(…) Pero el país de nuestros sueños ha fallado a muchos de nosotros. Ha fallado a mis hermanas y hermanos especialmente en las áreas rurales (…) a aquellos que viven en la pobreza en medio de una sociedad cada vez más desigual. Y quizás, lo peor de todo, mi generación tiene que confesar a los jóvenes: os hemos fallado. (…) Por eso estoy aquí hoy para invitaros a todos, jóvenes y mayores, a re-imaginar el país de vuestros sueños y comprometeros para construirlo (…) No soy un mesías. Ningún individuo por sí solo puede construir la nación de sus sueños. Pero estoy dispuesta a ser un puente entre mi generación –aquellos que luchamos por la libertad (…)- y la de mis hijos. (…)

Mamphele explica que la decisión de entrar en política no ha sido fácil, ya que nunca ha sido miembro de ningún partido, pero remarca que el país está en riesgo porque son los propios intereses los únicos que mueven a aquellos que están en puestos de autoridad, lo conseguido en los últimos 18 años está siendo minado por los pobres niveles de gobernanza, la cultura de impunidad y el abuso de poder…

«La corrupción, el nepotismo y el clientelismo han sido las guías de muchos en el sector público. La corrupción es robo. Es robar los libros de texto de los colegios, los medicamentos de los enfermos y las ayudas de los viejos y los niños. Es robar las esperanzas de los ciudadanos y destruir sus sueños. Por eso, esta plataforma política declara la guerra a la corrupción».

Entre los principios expuestos por Ramphele para la nueva plataforma están: el empoderamiento de la población; la creación de una servicio público competente, la restructuración de la economía, la construcción de un sistema educativo y formativo par el siglo XXI, mejorar la posición de Sudáfrica en el mundo y reavivar el sueño que todos tuvieron en el año 1994.