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Una guardería infantil transforma en Dakar la vida de los niños (I)

(Nuestro ‘corresponsal’ en Senegal, Fred Atadyodi, nos envía este reportaje sobre el trabajo de la Casa de Acogida para niños de Dakar, La Pouponnière. Allí, Fred ha conocido el trabajo que llevan a cabo las hermanas franciscanas con los niños huérfanos o abandonados. Y allí se ha encontrado con una española que recientemente ha adoptado a uno de estos pequeños. El de la adopción es un tema delicado, del que últimamente hemos recibido noticias muy negativas, pero éstas son la excepción y no la regla. Cuando se hace bien, la adopción internacional sirve para hacer felices a familias y niños.

Una guardería infantil transforma en Dakar la vida de los niños. Por Fred Atadyodi.

La guardería infantil de las hermanas franciscanas Pouponnière de la Médina, fundada en 1957, completa el trabajo que la sobrecargada sección de Pediatría del hospital de Dakar no puede realizar en favor de los niños que sufren desnutrición, anemia y otras enfermedades. Tras ser acogidos, la vida de estos niños se transforma completamente, como si de un cuento de hadas se tratase.

Los padres de los pequeños son generalmente pobres, de modo que no pueden ocuparse lo suficiente por el crecimiento de sus retoños. La guardería explica que el tratamiento nutricional dispensado por el hospital es decepcionante. Obligados a salir prematuramente de los hospitales, los niños desnutridos y mal alimentados tienen numerosas recaídas una vez que son acogidos por las familias, debido a la falta de tratamiento específico».

«Nuestro centro es verdaderamente pediátrico, la guardería infantil es administrada por profesionales de la salud: enfermeras y una comadrona de Estado”. Millares de niños han encontrado allí el bienestar y felicidad que necesitaban y algunos de los abandonados deben su supervivencia a esta institución de las hermanas franciscanas.

Entre 1955 a 2008, la institución acogió a 4027 niños de 0 a 1 años, de los que 3413 eran huérfanos, y cerca de unos 600 han sido adoptados o se encuentran en vía de la adopción. Desgraciadamente 102 fallecieron al principio, pero hoy las defunciones se volvieron muy raras, explica Justina de Miguel, la directora.

Los niños adoptados son en general huérfanos o niños abandonados cuyos parientes no han sido identificados. Los que sí tienen familia, pero provienen de un entorno pobre, pasan en la Guardería unos 8,9 0 10 meses, hasta que vuelven con sus madres una vez su salud ha mejorado. Pero la ayuda de la Institución a la familia prosigue durante unos dos años más, con la concesión de los alimentos nutritivos necesarios.

Una guardería infantil transforma en Dakar la vida de los niños (I)
Imagen de la web de La Pouponnière, en Dakar, la insitución que acoge
a los niños huérfanos o de familias pobres.

Continúa…

 

¿Por qué no nos interesa Pakistán?

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En Canal Solidario se preguntan hoy qué nos pasa que no nos movilizamos por Pakistán como lo hicimos por Haití. Por qué hace unos meses todo el mundo quería ir a ayudar al país caribeñoy hoy han desaparecido los voluntarios para el asiático. Por qué Puerto Príncipe forma ya parte de nuestra memoria colectiva mientras todavía seguimos sin saber dónde está Baltistán

Las respuestas son variadas pero se podría reducir a que, una vez más, nos movilizamos en función de lo que nos ofrecen los medios de comunicación.

¿Por qué no nos interesa Pakistán?
Mujeres cruzando una zona inundada
a las afueras de Multan. EFE

1.- Aunque hay miles de imágenes del desastre, el bombardeo no ha sido tan masivo como lo fue en el caso de Haití. ¿Por qué? a) Es cierto que la magnitud de la catástrofe se ha ido conociendo poco a poco y no de golpe como en Haití, pero creo que la verdadera respuesta es que.. b) Haití está a tiro de piedra de Estados Unidos. En avión, no se debe tardar más de una hora saliendo desde Miami. Y menos aún desde Puerto Rico. Cada día, decenas de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión partían hacia el país devastado para encontrar la imagen más impactante, el testimonio más desgarrador y la historia más explosiva. Testimonios, por cierto, que los protagonistas ofrecían en francés, inglés o español, directito a nuestras oídos. No como los de los pakistaníes, oiga, que les da por hablar urdú y no hay quien los entienda.

2.-  El Gobierno no parece de fiar y el país tiene una mala imagen internacional. No es sólo que tenga mala imagen es que, directamente, da miedo. Más de uno se preguntará, ¿pero Bin Laden no estaba por ahí? Nadie lo sabe, pero esa noticia la deben haber dado unas cien veces y en todos los caso el Ejecutivo aparecía como sospechoso de no hacer nada por encontrarle. También puede que el país nos suene porque alguna vez oímos hablar de Cachemira y del ‘peligro nuclear’ de la zona. O peor aún, puede que hasta nos dé por buscar un mapa y veamoss que hace frontera con Afganistán!. Si es que así, ¿quién se va a ir de voluntario?

¿Por qué no nos interesa Pakistán?
[Zonas agrícolas inundadas. AP]

3.-  A pesar de la gran comunidad pakistaní en algunas zonas de España (sobre todo en Cataluña), lo cierto es que no tenemos ni la más mínima idea de sus vidas ni de sus historias. De hecho, no hay lazos comunes de ningún tipo. Haití puede llegar a tocarnos aunque sólo sea por motivos históricos, que quieras o no, está sobre la Isla de la Española, pero ¿Pakistán?  ni un remoto asomo de pasado o presente en común.

4.- Por último, no se puede obviar, es verano. Los periodistas están de vacaciones y nosotros… pues también. En agosto se publican noticias ‘frescas y de color’, pero de color de rosa, que la gente está en la playa.

El asunto no es para reírse pero sí permite unas cuantas reflexiones:

–    Los medios de comunicación siguen teniendo un enorme poder y de ellos puede depender al final las reacciones de la ciudadanía y, por extensión, de los gobiernos. Hasta ahora, la ONU no ha recaudado ni una tercera parte de los fondos que, calcula, necesitará para paliar el desastre en Pakistán.

Se habla mucho de la democratización de la información, de las múltiples fuentes y de la infinidad de emisores. Pero a la hora de la verdad, quienes siguen marcando la actualidad son los grandes medios. Si ellos hablan de un asunto, los bloguers también tendemos a reproducirlo. Al final, en la mayoría de los casos, sólo nos formamos una opinión una vez hemos leído noticias en los periódicos; son pocos los post escritos únicamente a partir de la experiencia. De la misma manera, si algo no aparece en los medios, los bloggers lo olvidamos rápidamente.

Sobre este tema, os recomiendo leer el blog de David Jiménez, precisamente desde Asia, y su post: La Tempestad y la Indiferencia:

La nueva era de la tecnología informativa, con noticias ininterrumpidas y actualizaciones constantes, lejos de ayudar, contribuye al hastío. Se informa más rápido y con menos profundidad. (…) Damos menos. Toleramos mejor el dolor ajeno. Y, como Pakistán comprobará en breve, olvidamos antes.

¿Por qué no nos interesa Pakistán?
[Siempre me hago la misma pregunta cuándo veo repartir así la ayuda humanitaria.
¿No sería más lógico establecer una cola?  ¿Es esto efectivo? ¿No se está perjudicando
así a los más débiles?]

 

Bereberes en Marruecos

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Parece que se calma la situación en Melilla. Ha acabado el boicot, se han retirado los carteles vejatorios contra las mujeres policías españolas y la tensa calma queda a la espera de la visita de Rubalcaba.

El asunto, por supuesto, se ha politizado, como todo lo que pasa en España, pero más allá de nuestro politiqueo interno, todos los medios y analistas parecen estar de acuerdo en una cosa: la presunta movilización por parte de la ‘sociedad civil’ contra el racismo de la policía española no se ha generado de forma espontánea y no se concibe sin el impulso, firme pero callado, de las altas instancias del reino alauí. Todos intuyen la mano del rey Mohamed VI tras los altercados. 
Bereberes en Marruecos
[El rey Mohammed VI. Omnipresente en Marruecos. Foto: Auro]

Estoy de acuerdo, pero ¿por qué? Creo que quien ha apuntado más certeramente al centro del problema es Enrique Meneses:Nadie se ha querido parar a pensar que el rey alaouita tiene que tratar con mucho tiento el latente independentismo bereber”.  No conozco muy  bien la zona ni los problemas de los bereberes en el norte de Marruecos, pero por el mes que pasé allí hace unos años, me inclino a pensar que van por ahí los tiros.  

Es un asunto del que no se habla pero que está ahí. Y aunque no se le da demasiada importancia porque no hacen ruido, la sensación de sometimiento existe entre los bereberes del Norte de Marruecos. 

Bereberes en Marruecos
`[Nador, ciudad situada a unos 13 km. de Melilla, engalanada para
recibir al rey Mohamed VI, en julio de 2007. Foto: Aurora ]
En Nador, una ciudad no demasiado bonita, comercialmente floreciente pero sin un ápice de vida cultural, los jóvenes bereberes se ven abocados no sólo al más absoluto aburrimiento sino a la falta de oportunidades laborales y de futuro. Se sienten discriminados frente a la población árabe, dicen que tienen menos oportunidades para trabajar en las instituciones gubernamentales, les cuesta hasta entender el idioma y reclaman poder usar el suyo propio (el amazigh).

Recuerdo a dos chicos, ambos licenciados –el uno en Derecho y el otro en algo relacionado con Economía- que nos dijeron que “ojalá España nos diera armas para independizarnos”. Por aquel entonces no tenían trabajo, ni visos de encontrarlo y su frustración era palpable.

En otros pueblos del norte nos encontramos con que la gran mayoría de los jóvenes se encontraban en España. Aquel mes, como era julio, muchos habían vuelto por vacaciones y era curioso estar allí, con ellos, hablando de Parla o Granollers. 

Bereberes en Marruecos

En Asticude, una de las contrapartes de la ONG con la que viajaba, nos explicaron sus esfuerzos por consolidar la lengua y la cultura amazigh y lograr el desarrollo del norte de Marruecos, claramente la parte más desfavorecida por el país, especialmente tras los efectos del terremoto de 2004 que afectó a la zona de Alhucemas y a las aldeas más pobres.Con motivo de la reciente inauguración de un canal de televisión bereber, Luis de Vega explicaba bien la situación en su blog : «La del canal de televisión es una sola de las muchas reclamaciones históricas de los bereberes, los habitantes primigenios de lo que actualmente es el reino alauí, un territorio islamizado y controlado por árabes.

“Este canal es una victoria”, no esconde Rachid Raha, vicepresidente del Congreso Mundial Amazigh, pero recuerda que es sólo una batalla de la guerra que suponen otras exigencias para terminar con lo que ellos consideran discriminaciones sistemáticas como mantener su lengua fuera de la constitución, no apoyar la enseñanza de sus dialectos o ignorar su historia en los libros escolares.

Para luchar contra estos sentimientos, el rey Mohammed VI sabe que lo más fácil es establecer un enemigo común. Tal y como hizo su padre con la Marcha Verde: «el pueblo unido contra el invasor». Y lo tiene fácil. Por un lado utiliza los enclaves de Ceuta y Melilla como pretexto; y si esto no es suficiente, apela al racismo de la policía española. [Que no digo que no lo haya, ni pondría la mano en el fuego para negar los malos tratos, pero ésa es otra cuestión].Mientras tanto, el Norte de Marruecos sigue siendo de las zonas más deprimidas del país y los jóvenes bereberes siguen buscando una oportunidad.  

Pakistán

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Pakistán se ahoga tras las lluvias del monzón. Ban Ki Moon dice que nunca había visto nada igual. Se calcula que 6 millones de personas necesitan agua, comida y medicinas y que unos 20 millones se han visto afectados por las lluvias.

El agua ha anegado miles de aldeas y lo peor está por llegar. Se teme la propagación de enfermedades como el cólera y la disentería, que harán mella en una población ya de por sí mal alimentada y con multitud de carencias.

Es necesaria la movilización urgente, pero agosto es un mal mes. El mundo está de vacaciones.

Pakistán
Un pastor, junto a su ganado, aislado por las recientes inundaciones
en el Punjab, Pakistán. Foto: Reuters]
 

«Ya soy legal»

Es un sinsentido, un oxímoron como dicen en Literatura, pero es la realidad. Ningún ser humano es ilegal, pero son considerados como tal. Así que ser legal, tener papeles, es la línea que marca la diferencia entre montar en el metro con la cabeza alta o hacerlo a escondidas, dando vueltas entre líneas para no pasar por aquellas en las que la policía suele apostarse. Es la diferencia entre ir al médico pidiendo cita o tener que hacerlo siempre de urgencias; la de poder acceder a formación reglada o seguir con los ‘cursos para inmigrantes¡ y, por supuesto, la de empezar a trabajar legalmente.

También, no lo olvidemos, es la diferencia entre pagar y no pagar impuestos, cotizar a la Seguridad Social, tener derecho a paro y votar en las elecciones municipales.

"Ya soy legal"
Pape, en el I.E.S. Isabel La Católica, explicando a los chicos su vida en Senegal y su día a día desde que llegó a Madrid.

Pero sobre todo, para los inmigrantes que se encuentran en nuestro país, es el abismo entre poder ir a visitar a sus familiares y no poder hacerlo. La puerta que se abre después de 5 años, cinco años que se dice pronto pero pasan lento, y que te permite volver a ver a tus padres, a tus hermanos, a tus amigos o a tu mujer. Porque sin papeles no se puede salir de España, nadie en su sano juicio se arriesgaría a volver a repetir el viaje; que ya la fortuna le sonrió una vez.

Esa nueva vida, la del que lleva escrito en la sonrisa ese maravillosos sinsentido del ‘soy legal’, es la que está viviendo Pape estos días. La tranquilidad de saber que durante un año nadie le parará por la calle. De saber que en unos pocos días firmará el primer contrato de trabajo de su vida. Y de saber que en unos meses, cuando su jefe le dé el permiso, podrá viajar a ver a su madre.

Una madre que no le ha visto de que salió de Senegal con 18 años, cuando no era más que un niño con ojos grandes y sonrisa enorme. Una madre que seguro ya ha revolucionado a medio pueblo y toda la familia para prepararle una bienvenida como merece. Una madre que, desde hoy, duerme mucho mejor.

Hoy quiero felicitar a Pape por haber conseguido los papeles. Pero también dar ánimos a todos los que estén luchando por ellos. Ánimos y paciencia, que seguro que también la necesitan. Espero que tengáis toda la suerte del mundo.

 

Cierto grado de democracia

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Hoy se celebran elecciones presidenciales en Ruanda. No lo veo por las portadas digitales de El País ni de El Mundo. Sí en Público, donde además de dar la noticia, hacen una entrevista a Victoire Ingabire, opositora y líder de las Fuerzas Democráticas Unificadas, que se encuentra bajo arresto domiciliario.

Regresó a Ruanda en enero tras 16 años en el exilio con objeto de registrar un partido político y presentarse a las presidenciales. Tres meses después ya estaba detenida y acusada de difundir la ideología del genocidio. Permanece bajo arresto domiciliario.

También en Periodismo Humano publican una entrevista con el que fuera jefe de Inteligencia Exteriore y vicesecretario general de Seguridad Nacional en Ruanda, el Coronel Karegeya, quien en el pasado «fue una pieza clave de Kagame, y ahora son enemigos irreconciliables».

Por lo que nos llega, todos los opositores coinciden en hablar de elecciones amañadas y falsa democracia en Ruanda. Pero no se puede negar que el país sigue creciendo económicamente y que ya se acerca a las dos décadas de estabilidad. ¿Es lícito una dictadura ‘suave’ en pos del desarrollo económico?

Pocos se atreven a responder. Lo que está claro, como explica Will Ross, corresponsal de la BBC en África occidental, es que

Kagame sólo está dispuesto a permitir cierto grado de democracia. Lo considera el único camino para mantener la estabilidad del país tras los horrores de 1994. Puede que haya impulsado la estabilidad y el crecimiento económico, pero los críticos de Kagama opinan que el clima generalizado de opresión sólo sirve para mantenerle en el poder.

Por millones de razones

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No corren buenos tiempos para pedir al Gobierno que mantenga su compromiso de destinar 600 millones de dólares a al Fondo Mundial contra la Malaria, el Sida y la Tuberculosis. Habrá incluso quien diga que es un derroche destinar tal cantidad de dinero a una institución que no siempre ha probado su eficiencia. Pero en el fondo sabemos que eso no es más que una excusa. Porque este dinero no debería ser una dádiva sino una obligación. Y porque sólo las grandes organizaciones pueden llevar a cabo programas de larga duración de concienciación, prevención y tratamiento contra estas enfermedades.

Dicen que los números no impactan y que hablar de cifras no llega a los lectores. Bueno, me da igual. El caso es que hay 33 millones de personas afectadas por el Sida, el equivalente a tres cuartas partes de la población española, y que la mayoría de ellas se encuentran en el África Subsahariana. La realidad es que todavía hay millones de niños que nacen con la enfermedad, transmitida por sus madres, y que en algunos lugares concretos de África existe ya una generación perdida, la de los padres nacidos en los 70 que ahora mueren por la enfermedad, dejando a los niños en manos de sus abuelas.

Asociado al Sida se encuentra la tuberculosis –antiguamente conocida como tisis-, aunque esta enfermedad se da también entre personas sin VIH. Es un mal del que casi no se habla, pero igual de mortal que las otras dos. En Sudáfrica, al menos, fue una de las principales causas de fallecimiento entre la población negra durante el Apartheid, y sigue siéndolo hoy en día. De hecho, para conseguir el visado es necesario presentar una radiografía de tórax y el correspondiente informe médico certificando que no padeces la enfermedad.

También sabemos que, curiosamente, todavía no existe una vacuna contra la malaria. Sí hay, claro, unas pastillitas que impiden que los turistas enfermemos cuando vamos de vacaciones. Según el médico español Pedro Alonso, que dirige el Centro de Investigación de Salud de Manhiça (Mozambique) “cada 30 segundos muere una persona de malaria”.

Estos datos deberían ser más que suficientes para pedir al Gobierno que mantenga los fondos prometidos para la lucha contra el Sida. A sabiendas de que, al fin y al cabo, ese dinero sale de nuestros bolsillos y decidimos conscientemente dedicarlo a ello. Con este fin se ha puesto en marcha la campaña de Tenemos Sida. Org, con un lema muy apropiado: De la voluntad a la responsabilidad.

Por millones de razones

* Tenemos Sida está formado por una coalición de Ong´s y otras asociaciones unidas por la lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis.

Lesotho, el ‘reino en el cielo’ (II)

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Lesotho, el ‘reino en el cielo’ (II)
[Caminante, haz una pausa y observa la entrada
al paraíso. Inscripción realizada por el aventurero
inglés Mervyn Smith en 1905. Foto: Aurora M. Alcojor
Tomando la carretera principal que parte desde Maseru hacia el sur se llega hasta Morija, donde perviven todavía varios edificios del siglo XIX y un pequeño museo de historia. A unos  45 kilómetros,  por una carretera de fácil conducción, se encuentra el pueblo de Malealea, con el albergue del mismo nombre. Fundado en 1905 como una pequeña tienda-almacén por un aventurero inglés, Mervyn Bosworth Smith, hoy es un proyecto de turismo responsable que sirve como base para comenzar la ruta a caballo por los poblados más remotos del país. Con un pequeño generador que provee de luz y agua caliente hasta las 10 de la noche y las típicas cabañas basotas acondicionadas para el turista, el albergue utiliza guías y ponys locales y ofrece paseos a caballo que pueden durar desde unas pocas horas hasta varios días. A unos 6 kilómetros del albergue, todavía se puede ver la placa de bronce en la que Smith dejó escrito: “Wayfarer, pause and look upon a gateway of Paradise” (Caminante, haz una pausa y observa la entrada al paraíso).

Lesotho, el ‘reino en el cielo’ (II)
[Cascadas de Botsoela, en la época seca]

Para quienes disponen de menos tiempo, resulta imprescindible visitar las cascadas de Botsoela, con una caída de agua muy variable según la época, pero siempre impresionante por sus colores y el escarpado camino que baja hasta ellas. Llegar no es fácil, pero sin duda el baño y las vistas merecen la pena.

La otra opción es realizar una ruta más larga, de hasta cinco días, visitando las aldeas más escondidas y durmiendo, generalmente, en la casa del jefe o jefa del poblado. Durante el viaje se pueden visitar las cascadas de Ribaneng, pasando a través de hermosos valles y montañas, cruzando ríos a caballo y comiendo al aire libre. El guía se encarga del agua y los víveres –el espacio para el resto del equipaje es muy limitado- y lo único que el visitante tiene que hacer es disfrutar del paisaje y, todo hay que decirlo, acostumbrarse al caballo –las agujetas se pasan al segundo día–.

Lesotho, el ‘reino en el cielo’ (II)
Grabados del pueblo San.

En el mismo viaje es imprescindible visitar las pinturas rupestres de la tribu de los San, también llamados bosquimanos, según el nombre que dieron los primeros colonizadores holandeses a los ‘hombres del bosque’. Entre las pinturas destacan las representaciones del ‘eland’ -antílope–, un animal típico de la zona considerado sagrado por los San. En algún caso, pueden decepcionar al visitante, ya que no son comparables con otros vestigios como las pinturas de Altamira, pero el buen estado en el que se encuentran tiene mérito especial por encontrarse al descubierto y no haberse realizado ningún trabajo de conservación en ellas.

Lesotho, el ‘reino en el cielo’ (II)
Maluti, cerveza nacional de Lesotho. En la pintura aparece uno de los símbolos típicos del país: el gorrito puntiagudo terminado en una especie de borla.

De vuelta a la ‘civilización’, hay que visitar el pueblo de Malealea, cuyos habitantes, tradicionalmente dedicados a la agricultura, se han especializado también en  la realización de artesanía y cerveza al modo tradicional que, como buenos invitados, resulta obligatorio degustar.

Lesotho, el ‘reino en el cielo’ (II)
Dentro de la olla está el secreto. Si te acercas, no dudarán en ofecerte un poco.

Si te acercas a alguna casa a la hora de la comida, puede que te ofrezcan pap, una espesa pasta blanca con sabor a palomitas mojadas o algún que otro plato típico del lugar. Pruébalo: no es más que maíz hervido y agradará a su anfitrión, porque existe un verdadero interés por parte de los lesothianos en que el turista conozca su modo de vida, algo que no es difícil dado su facilidad para entablar conversación, aunque sea chapurreando el inglés.Será por su forma de ser o porque han asumido que el turismo es su única tabla de salvación en un lugar en el que el  PIB por habitante es de unos dos euros diarios y existe un 45% de paro, pero el caso es que la acogida al visitante es cálida y alegre a la vez que natural, sin excesos ‘prefabricados’.