Por millones de razones

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No corren buenos tiempos para pedir al Gobierno que mantenga su compromiso de destinar 600 millones de dólares a al Fondo Mundial contra la Malaria, el Sida y la Tuberculosis. Habrá incluso quien diga que es un derroche destinar tal cantidad de dinero a una institución que no siempre ha probado su eficiencia. Pero en el fondo sabemos que eso no es más que una excusa. Porque este dinero no debería ser una dádiva sino una obligación. Y porque sólo las grandes organizaciones pueden llevar a cabo programas de larga duración de concienciación, prevención y tratamiento contra estas enfermedades.

Dicen que los números no impactan y que hablar de cifras no llega a los lectores. Bueno, me da igual. El caso es que hay 33 millones de personas afectadas por el Sida, el equivalente a tres cuartas partes de la población española, y que la mayoría de ellas se encuentran en el África Subsahariana. La realidad es que todavía hay millones de niños que nacen con la enfermedad, transmitida por sus madres, y que en algunos lugares concretos de África existe ya una generación perdida, la de los padres nacidos en los 70 que ahora mueren por la enfermedad, dejando a los niños en manos de sus abuelas.

Asociado al Sida se encuentra la tuberculosis –antiguamente conocida como tisis-, aunque esta enfermedad se da también entre personas sin VIH. Es un mal del que casi no se habla, pero igual de mortal que las otras dos. En Sudáfrica, al menos, fue una de las principales causas de fallecimiento entre la población negra durante el Apartheid, y sigue siéndolo hoy en día. De hecho, para conseguir el visado es necesario presentar una radiografía de tórax y el correspondiente informe médico certificando que no padeces la enfermedad.

También sabemos que, curiosamente, todavía no existe una vacuna contra la malaria. Sí hay, claro, unas pastillitas que impiden que los turistas enfermemos cuando vamos de vacaciones. Según el médico español Pedro Alonso, que dirige el Centro de Investigación de Salud de Manhiça (Mozambique) “cada 30 segundos muere una persona de malaria”.

Estos datos deberían ser más que suficientes para pedir al Gobierno que mantenga los fondos prometidos para la lucha contra el Sida. A sabiendas de que, al fin y al cabo, ese dinero sale de nuestros bolsillos y decidimos conscientemente dedicarlo a ello. Con este fin se ha puesto en marcha la campaña de Tenemos Sida. Org, con un lema muy apropiado: De la voluntad a la responsabilidad.

Por millones de razones

* Tenemos Sida está formado por una coalición de Ong´s y otras asociaciones unidas por la lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis.

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