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Sudán: un poco de Historia

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Sudan ocupa cada año los primeros puestos de la lista de Estados Fallidos, sufre una histórica debilidad gubernamental, ha vivido decenas de golpes de Estado y nadie tiene muy claro hasta dónde llega el control del Ejecutivo. Grosso modo, podríamos resumir la historia de Sudán diciendo que casi siempre ha habido enfrentamientos entre el norte y el sur; que la población del sur –y los negros del norte- han sido considerados ciudadanos de segunda clase, cuando no esclavizados, por los ciudadanos árabes del norte; que existe un conflicto religioso (el norte es musulmán y el sur cristiano y/o animista); que el sur es rico en petróleo y tiene mejores condiciones climáticas; que existieron fuertes presiones internacionales para mantener la paz; que el país vive otro conflicto interno de grandes dimensiones, el de Darfour, y que, de ganar el sí en el referéndum, probablemente haya problemas.

Un poco de Historia
Según cuentan Jesús Díez Alcalde y Félix Vacas Fernández en su libro ‘Los conflictos de Sudán’, (2008), fue hacia el año 600 cuando los pueblos árabes comenzaron su expansión hacia el sur, desde Egipto, hasta que se encontraron con tribus animistas y algunos reinos cristianos procedentes de Etiopía. Durante siglos convivieron más o menos en paz, floreciendo el comercio y el multiculturalismo; pero a partir del siglo XV comenzó el intento de arabización e islamización del país, convirtiéndose los africanos en fuente de esclavos de los árabes y fraguándose enormes diferencias entre el norte y el sur.

El dominio sobre el territorio que hoy ocupa Sudán lo tuvo primero Egipto y después, a partir de 1899, Gran Bretaña, hasta que por fin el país logró la independencia en 1956. Pero la autonomía supuso un poder central árabe impuesto, ante lo que las poblaciones del sur decidieron tomar las armas.  Comenzó así una primera guerra civil que duró casi 30 años.

El primer acuerdo de paz se conseguiría en 1972, pero no duró más que una ilusoria década y en 1983 volvieron los enfrentamientos, ahora de la mano del Movimiento Popular de Liberación, de Jojh Garag, cuyas reivindicaciones se hicieron más fuertes tras la llegada de Al Bashir al Gobierno central y la instauración del régimen islámico.

En los 90 la Comunidad Internacional presionaba para terminar con el conflicto y el régimen islamista se iba quedando aislado. Tras el 11-S, el presidente Al Bashir decidió abrirse al exterior y dio paso al comienzo de las negociaciones, que terminarían con un Acuerdo de Paz en 2005, en el cual se establecía el referéndum del próximo mes de enero. Dos años antes había surgido el conflicto de Darfur, -febrero de 2003-, que muy pronto se iba a convertir en una grave crisis humanitaria y que desde entonces se mantiene de manera intermitente y en paralelo al enfrentamiento norte-sur.

El día a día en los Centros de Internamiento (CIEs)

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Coincidiendo con el Día Internacional del Migrante, -18 de diciembre-,  Pueblos Unidos ha presentado su informe sobre la situación de los inmigrantes retenidos en el CIE de Aluche. Son 25 páginas en las que se recoge el trabajo de los voluntarios que, durante todo el año, han visitado a los internos del Centro de Internamiento de Extranjeros y han compartido con ellos sus problemas.

El día a día en los Centros de Internamiento (CIEs)
Imagen de la exposición ‘Fronteras invisibles’, sobre las continuas redadas de inmigrantes irregulares en Madrid.
Puede verse hasta el día 23 de diciembre en la Parroquia S.Francisco Javier, en C/ Mártires de la Ventilla, 34.
Del informe, titulado 100 ventanas a 5.000 vidas truncadas, se extraen algunas conclusiones preocupantes, como que no existe información oficial, que los internos se sienten perdidos e indefensos y que la transparencia es casi inexistente:
         “En un 18% de los casos no consta si la persona fue expulsada de vuelta a su país, puesta en libertad o trasladada a otro centro”. Existen muchísimas quejas por la falta de información a las familias cuando el internos es trasladado, y los policías alegan que el interno no es competencia suya una vez salen del centro. La película The Visitor refleja bien esta situación.
         Los internos tienen muchas dudas en torno a sus abogados, y, de vez en cuando, aparecen por el CIE abogados de pago que prometen sacarlos prontamente, siempre, claro, previo pago de una generosa cantidad.
        Los inmigrantes viven “angustiados, preocupados, desamparados y con miedo”, debido principalmente “al clima de tensión reinante en el centro, a la actitud poco respetuosa de muchos policías, al no saber cuándo te expulsarán…” y al hecho de que en el mismo centro convivan “personas con antecedentes penales con otros internados tan sólo por estancia irregular”.
        Se sienten aislados, ya que en muchas ocasiones sus familiares no pueden entrar a visitarlos al ser ellos mismos irregulares y exponerse a un expediente o a ser internados.
         Por último, ha habido quejas por malos tratos, por atención médica deficiente y por las largas colas que hay que esperar para las visitas.
El día a día en los Centros de Internamiento (CIEs)
Imagen de la exposición ‘Fronteras Invisibles’.
Una situación, en definitiva, que recuerda más a la de las cárceles que a un lugar de reclusión temporal para personas que no han cometido más delito que el de entrar ilegalmente en el país.

Gea Photowords, más periodismo del bueno

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Que el periodismo no ha muerto lo demuestran de sobra cada día medios como Periodismo Humano, los portales de iniciativa ciudadana y decenas de blogs anónimos. De hecho yo creo que está más vivo que nunca y cada día surgen nuevas iniciativas para que siga existiendo este gran oficio.

La última viene de la mano de un grupo de fotógrafos y periodistas unidos en una organización que han llamado GeaPhotowords y que lleva ya unos meses funcionando. Es un colectivo con el zurrón lleno de buenas ideas, con las maletas repletas de experiencia y, sobre todo, con ganas de hacer cosas nuevas, y buenas.

Gea Photowords, más periodismo del bueno
Imagen de la web de Gea Photowords.

Se trata de profesionales con una trayectoria que impresiona, entre los que destacan fotógrafos de la talla de Alfons Rodríguez, periodistas como Olga Rodríguez y Juan Carlos de la Cal y escritores como Javier Moro. Todos ellos dispuestos a hacer temas que hablen sobre Derechos Humanos, Medio Ambiente, Racismo… y que aborden cada problema de forma global, porque un asunto puede merecer un reportaje, pero a lo mejor también un libro, o un documental o hasta una exposición, ¿por qué no?

De momento, se dan a conocer a través del blog, un lugar en el que además publican las colaboraciones que otros -estudiantes de periodismo, aprendices, autodidactas- les hacen llegar y a través del cual se cimenta su presencia en la red.

Y ayer realizaron la primera presentación/reunión en Madrid, -están abiertos a la colaboración de cualquiera y fuimos muchos los que nos animamos a participar- de donde salieron buenas ideas y muchas ganas de trabajar. Los resultados, seguro, serán a largo plazo, pero se va haciendo camino al andar.

En busca de energía

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África quiere energía y está dispuesta a lo que haga falta para conseguirla. Pueden ser proyectos faraónicos como el de la gran presa del río Congo, que teóricamente produciría el doble de la energía que se obtiene hoy en China con la Presa de las Tres Gargantas -y que es un proyecto de momento irrealizable-; puede ser a través de los nuevos yacimientos de petróleo encontrados últimamente, en países como Ghana, por ejemplo; o puede ser, claro, a través de la energía nuclear. De momento, sólo Sudáfrica cuenta con esta fuente de energía en funcionamiento, pero parece ser que al menos una veintena de países africanos se han mostrado interesados por ella ante el Organismo de la Energía Atómica (OIEA).

En busca de energía
Imágenes como ésta dejan claro por qué África necesita energía.
El mapa se puede ver en alta resolución aquí.

Me gustaría más decir que el futuro del continente pasa por las energías renovables y que pronto veremos por todas las esquinas cocinas solares y coches ecológicos, pero sinceramente, lo dudo mucho. Los países africanos ven en la energía atómica la única que de verdad les puede sacar del pozo en el que se encuentran, una situación en la que la electricidad no llega ni mucho menos a todos los sitios y, cuando lo hace, va acompañada de cortes diarios.

La realidad es que ningún tipo de energía será la panacea y la nuclear implica una elevadísima inversión inicial, pero parece que es la que los gobiernos consideran más fiable y rentable a largo plazo ().

Por el momento, los países más interesados son los del norte del continente y Sudáfrica, pero Namibia también ha anunciado un programa que podría entrar en marcha en 2018.  Resulta que el país es riquísimo en uranio, tanto como que se sitúa en la cuarta posición entre los productores mundiales,a pesar de lo cual depende de la electricidad que importa de Sudáfrica y no es ni mínimamente autosuficiente.

Al mismo tiempo, muchos países occidentales están encantados de poder vender sus técnicas y equipamientos, así que

Menos de un mes para el referéndum de independencia en Sudán del Sur

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Piensa lo complicado que es hacer un referéndum de independencia. Mira los problemas que tienen todavía en Kosovo. Y la que se arma en España con tan sólo mentar tal posibilidad. Así que imagínate ahora cómo será ese mismo referéndum en Sudán. Muy difícil, sin duda. Dificilísimo. Y sin embargo, parece que todo sigue adelante tal y como estaba planeado. Por el momento, nada hace pensar que el referéndum para la independencia del sur de Sudán, previsto para el 9 de enero de 2009, no vaya a celebrarse.Otra cosa será lo que pase después.

Menos de un mes para el referéndum de independencia en Sudán del Sur
Sudán es el país más grande de África y desde su independencia, en 1956, siempre ha vivido el enfrentamiento entre los musulmanes del norte y los cristianos del sur.  El próximo mes de enero se convertirá en dos países independientes.

De momento, el registro de votantes se ha llevado a cabo de manera pacífica, que era muy importante. Luego vendrán los problemas por algunas áreas, hasta un total de 12, sobre las que todavía existe disputa territorial. Y sobre el petróleo, el 90% del cual está en el territorio del sur pero que se exporta al mundo por puertos controlados por Jartum, capital del norte.

Y más interesante aún será ver cómo reacciona la Unión Africana y otros países que no quieren ni oír hablar de modificaciones territoriales, por mucho que éstas obedezcan a criterios colonialistas. Así lo determinaron en 1963 al establecer la inviolabilidad de las fronteras, para intentar imponer estabilidad en el continente africano.

¿Y qué es exactamente lo que ha pasado para que termine por celebrarse este referéndum? Pues nada más y nada menos que una guerra de 22 años de duración (1983-2005), un número indefinido de muertos –se calcula que unos dos millones y medio, pero las cifras no son definitivas- y casi 5 millones de desplazados. Una guerra que enfrentó al norte, musulmán, con los cristianos del Sur y en la que siempre hubo guerrillas, comandos, rebeldes y la ya tradicional tropa de las guerras africanas. Pero a pesar de ello, en 2005 se llegó a una acuerdo de paz, que se ha respetado más o menos ininterrumpidamente y que, preveía que ahora, en enero de 2011, los ciudadanos de Sudán del Sur, o Sub-sudán, decidieran si querían la independencia o seguir formando parte del país. Todo el mundo da por hecho que se decidirán por la primera opción y que Jartoum lo aceptará, pero hay también quien apunta a una nueva reedición de la guerra.

 

Wikileaks pone en evidencia algunas actuaciones de las farmacéuticas en África

Victimas de Pfizer en Nigeria
Algunos de los afectados por los medicamentos experimentales utilizados por la farmacéutica Pzier en Nigeria. Fotografia: Pius Utomi Ekpei/AFP/Getty Images

Las noticias de Wikileaks son como una mecha encendida, el inicio de una multitud de pequeños fuegos que serán difíciles de apagar –o de tapar- una vez que pase el momento de las filtraciones.Afectan principalmente al Gobierno de Estados Unidos, claro, pero también al resto de países del mundo, como ya hemos visto en España, e incluso a empresas y corporaciones. Sálvese quien puede porque nadie sabe hasta dónde van a llegar las revelaciones.Y eso es lo mejor de todo.Así, por ejemplo, nos hemos enterado de que la mayor farmacéutica del mundo, Pfizer, contrató a varios investigadores para conseguir evidencias de corrupción contra el fiscal general del Estado en Nigeria y así persuadirle de que retirara los cargos contra la compañía en un proceso en el que fue denunciada por uso ilegal de medicamentos.Los hechos tuvieron lugar en 1996. Aquel año se desató una epidemia de meningitis sin precedentes en la zona de Kano, en el norte de Nigeria. Hubo miles de enfermos, de los que la compañía trató a 200 pacientes, la mitad de ellos con un medicamento llamado Trovan y el resto con ceftriaxone, al parecer el mejor contra la meningitis. La mortandad en ambos casos resultó similar, pero muchos reclamaron que Pfizer no tenía el consentimiento paterno para utilizar medicamentos experimentales (que era el caso de Trovan) en los niños. Además, casualmente el Trovan fue finalmente retirado de Europa por miedo a que pudiera provocar toxicidad en el hígado.Lo que pasó nunca estuvo del todo claro, pero sea como fuere, el caso es que finalmente, en 2009, la compañía aceptó pagar unos 75 millones de dólares como compensación antes de que se celebrara el juicio . Y ahora que han salido a la luz estos cables según los cuales Pzier habría intentado presionar al fiscal general para que retirar la causa contra ellos, parece quedar claro que no le convenía demasiado que el juicio tuviese lugar y que John le Carré no andaba nada desencaminado cuando se inspiró en este caso para su novela ‘El jardinero fiel’. Con suerte, Wikileaks seguirá descubriendo éstas y otras historias. Si les dejan, claro.Actualización: Agosto 2011: Pzier empieza a pagar las indemnizaciones

Me alegraría de otra muerte, Chinua Achebe

‘Me alegraría de otra muerte’ es un fiel reflejo de la Nigeria de los primeros años de independencia, probablemente extrapolable a muchos otros países africanos y muy interesante especialmente ahora que se cumplen 50 años de aquel acontecimiento.

No longer at ease (que es como se titula el original) es un libro en el que Achebe critica las bases del colonialismo, pero también la rampante corrupción política que empezaba a instalarse en África y el absurdo de algunas tradiciones como la de seguir dividiendo la sociedad en castas. Me alegraría de otra muerte, Chinua Achebe

Es un libro que libro que comienza por el final, mostrándonos el desenlace antes que al protagonista, quizás para que no nos encaprichemos con él. Un texto repleto de diálogos ágiles y narrativa repleta de dichos y refranes tradicionales africanos que sirven al autor para explicar el comportamiento humano. “Primero, hay que espantar al zorro; después, se puede advertir a la gallina de que no se meta en el bosque”.

Cuenta la historia del joven Obi Okonkwo, un muchacho espabilado, al que la Unión Progresista de Umoufia –una especie de lobby que lo que quiere es que el chico se haga abogado- ofrece una beca para que vaya a estudiar a Inglaterra. Lo más importante que le podía pasar a alguien en los primeros años de la independencia:

“Era un hipocresía descarada preguntarle si era tan importante conseguir una beca, o si una educación universitaria valía cualquier sacrificio. Todos los nigerianos sabían la respuesta, y era sí. Una licenciatura era la piedra filosofal. Transmutaba a un oficinista de tercera que ganaba 150 libras al año, en un funcionario que cobrara 570 con coche y una casa de lujo por una renta puramente nominal. Y esto era sólo la mitad de la historia. Ocupar un “cargo europeo” era lo segundo mejor después de ser europeo. Elevaba a un hombre desde las masas hasta esa élite cuya conversación en los cócteles giraba en torno al comportamiento del coche”

A su vuelta, el joven, aunque consigue rápidamente un puesto más que bien pagado en la Comisión de Asignación de Becas, termina por no ser capaz de hacer frente a todos los gastos que su puesto ‘conlleva’. Y su brillante futuro termina volviéndose contra él. Porque, claro, un funcionario del Gobierno no puede por menos que tener un flamante coche nuevo, y un criado, y cuando vuelve a Umofia por vacaciones, todos esperan invitaciones y regalos, y qué menos que comprarle una casa a su madre y darle un buen entierro…

Pero los apuros financieros se habrían quedado en una nimiedad de no ser por el amor. Porque para colmo de males, Obi se enamora perdidamente de una joven osu, una especie de casta, una paria de la tierra, una “chica de estirpe inferior” con la que, desde luego, ningún pariente le permitirá casarse. Pero él, que viene de Inglaterra, de un mundo nuevo y distinto, se revuelve contra estas tradiciones, igual que contra la costumbre de los funcionarios de aceptar sobornos. Pero las cosas se tuercen un poco cada día; un poco más cada momento, hasta que Obi se encuentra en un pozo del que no sabe cómo salir. Hasta el momento en el que todo deja de ser fácil y se vuelve muy complicado.

Chinua Achebe está considerado el padre de la Literatura africana, por encima incluso de otros escritores del continente que han logrado galardones tan reconocidos como el Premio Nóbel, y fue sin duda el primero en colocar en el mapa a los escritores de áfrica. Uno de sus primeros libros, Todo se desmorona, publicado en 1959, fue un éxito sin precedentes, tanto que se ha traducido ya a unos 50 idiomas. De hecho, en España, era lo único que podíamos leer de él hasta hace poco. Por eso, el otro día no pude evitar comprar ‘Me alegraría de otra muerte’ cuando lo vi en la tienda del aeropuerto de Tenerife; allí entre best sellers, novelas de intriga y libros de autoayuda. No dudé un momento.

Después, buscando por Internet, supe que la editorial DeBolsillo está publicando toda su obra, entre las que podemos encontrar también La flecha de Dios (1964) y Termiteros de la sabana (1987), entre otros.

Las minas de Potosí

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Alicia y Álvaro andan recorriendo el continente americano en bicicleta y estos días se encuentran en Perú. Desde allí, Ali, demostrando que se puede ser un buen periodista desde cualquier momento y en cualquier lugar, nos deja un gran reportaje sobre las Minas del Potosí y los desmanes cometidos por los conquistadores españoles. Una historia que nunca se ve reflejada en nuestros libros de texto ni en nuestras celebraciones de la Hispanidad. 

«Una vez cada siete años cada hombre de entre 18 y 50 años estaba obligado a pasar 4 meses en la mina. El peor destino eran las plantas procesadoras, donde se utilizaba mercurio para separar el mineral de la piedra. Los hombres tenían que mezclar el mineral y el mercurio con los pies desnudos, lo que resultaba invariablemente en intoxicaciones letales. Al principio se les caía el pelo y los dientes. Después empezaban a sangrar por los orificios corporales y después inevitablemente morían».

 Eran otros tiempos, podríamos pensar, pero la realidad es que no, que la actualidad es muy similar: 

Los mineros  no comen cuando están dentro de la mina (no hay donde) y para aguantar las 8 horas seguidas de laburo mascan continuamente hojas de coca. La coca quita el hambre, mantiene alerta y reduce la sensación de cansancio. Todos los mineros llevan en la mejilla la bola de coca que lleva casi una hora formar cada mañana. Así pueden aguantar una o dos horas empuñando el martillo neumático de 65 kilos, subiendo y bajando por chimeneas equipadas con escaleras de madera sin asegurar hechas a mano, y arrastrándose por los túneles acarreando las canastas de 30 kilos sin miedo, a pesar de las inexistentes condiciones de seguridad.

El texto completo se puede leer en su web: Rodadas.net  Os lo recomiendo.