05-05-2015 / Kombies, matatus, dala-dalas… las maneras de denominar a los medios de transporte informal en África son casi tantas como países existen. No hay gran ciudad que se precie en la que no se haya desarrollado un inmenso sistema informal de transporte que llega prácticamente a todos los barrios y en el que, por increíble que parezca, las autoridades locales no han tenido nada que ver. Se trata de un sistema moldeado en función de la demanda: pequeñas empresas y conductores autónomos que hacen el recorrido más demandando en cada zona, generalmente desde el extrarradio de las ciudades a los centros de las mismas. Un sistema para el que no existen mapas, ni paradas señalizadas ni recorrido aparentemente establecido. Sin embargo, un sistema que funciona, y funciona bien: sí existen rutas establecidas y horarios más o menos aceptados. Basta con preguntar a alguien de la zona para que te indiqué qué minibus tomar en cada momento en función de a donde vayas.
Es un caos organizado. Un caos que funciona y que está más estructurado de lo que parece a primera vista. Sin embargo, es difícilmente interpretable y mejorable si no se puede visualizar. Y esté es precisamente el problema que viene a solucionar el proyecto Digital Matatus, una iniciativa surgida en Nairobi pero que fácilmente podría extenderse a otras ciudades del continente. Se trata, según cuentan en su web, de una herramienta para hacer del transporte en el mundo en desarrollo más eficiente. Un proyecto colaborativo entre la Universidad de Nairobi, el Centro para el Desarrollo Urbano Sostenible de la Universidad de Columbia , el MIT’s Civic Data Design Lab y Groupshot, que consiste en mapear el recorrido de las matatus de Nairobi para crear lo que sería el mapa de transportes de la ciudad. De esta forma, los ciudadanos pueden encontrar la mejor manera de moverse por la capital y los futuros conductores ver de un vistazo qué rutas faltarían por cubrir.
La recolección de datos se ha hecho, cómo no, a través del móvil, y permitirá mejorar la eficiencia del sistema, no sólo para los usuarios sino también para los propios conductores. Se trata de algo similar a los métodos utilizados ya en Kenia por Ushaidi, la plataforma que permitió a los ciudadanos de Kenia mapear la violencia postelectoral en 2007, y de momento, el mapa resultante recoge información de 120 rutas de matatu y seis líneas de tren.
El resultado es un mapa muy similar al que podemos encontrar en cualquier gran ciudad: líneas que van desde el extrarradio al centro y varios centros neurálgicos donde se unen diversas líneas. Además, el ‘folleto’ recoge un listado de las estaciones o paradas de la ciudad y las líneas que pasan por ellas, algo utilísimo para los habitantes de Nairobi y, sobre todo, para cualquiera que se deje pasar por allí. Una razón más para descubrir África en medios de transporte comunales.