Coincidiendo con la celebración de los 50 años de independencia de Congo-Brazaville, los realizadores Enric Bach y Adrià Monés presentan esta deliciosa película documental que nos muestra el día a día de tres singulares personajes, Yves, Cherif y Palma, en una ciudad tan poco conocida como Brazaville.
Una cinta alejada de los tópicos sobre África que nos invita a vivir un auténtico fin de semana en Brazaville de la mano de joven y animado locutor de radio, Carlos la Menace. Con él nos transportamos a lugares recónditos o bulliciosos, paseando sin miedo entre las calles sucias y abarrotadas de la capital y visitando lugares a los que, quizás, no nos atreveríamos a ir de otro modo.
Pero por qué eligieron los autores precisamente Brazaville: “Queríamos descubrir y filmar el África urbana, actual, esa que utiliza Facebook, sufre los atascos diarios y disfruta el fin de semana con intensidad”, explican en su web. “Y lo encontramos en Brazaville, una ciudad llena de artistas con talento que, a pesar de las carencias, son capaces de crear belleza a su alrededor y compartirla con el mundo”. Además, confiesan, “fuimos inmediatamente seducidos por el fenómeno de los sapeurs”. Efectivamente, esta ciudad comparte con Kinshasha, capital de la vecina República Democrática del Congo, el honor de haber visto nacer a los sapeurs, miembro de la SAPE (Société des Ambianceurs et des Personnes Élégants).
Uno de ellos es Yves Saint Lauren, presidente fundador de la SAPE en Brazaville, un pequeño gran club de hombres elegantes que sacan a pasear sus mejores galas siempre que pueden. “Para ser un verdadero sapeur hay que tener al menos 12 trajes completos, de los buenos”, dice Yves, antes de explicar que esta curiosa sociedad nació tras la I Guerra Mundial: “En los años 20 y 30, mucha de la gente que había vivido en Francia regresaban vestidos como dandys, y otros empezaron a imitarlos”. Acompañado siempre de su bastón, gafas de sol y llamativos adornos, Yves recuerda los tres grandes lemas de la sociedad: “Amor, elegancia, dignidad”. Todo ello aderezado con un espíritu festivo y mucho saber hacer para mantener sus ropas limpias y libres de arrugas a pesar de las dificultades de la ciudad.
Un mundo totalmente diferente es el que nos muestra Yaya Palmas, campeón de catch africano -una modalidad similar a la lucha libre-, y un ídolo entre sus vecinos en Brazaville. Con él nos desplazamos hasta los improvisados cuadriláteros que se montan al atardecer en algún campo de fútbol de tierra de la capital para presenciar un torneo que se convierte en una noche de fiesta. Cientos de personas se dan cita allí para disfrutar de los combates, al tiempo que beben y bailan animando y apostando por sus ídolos. Palmas confía en sus músculos, su trabajo y su cabeza, pero sobre todo en sus fetiches, la magia y los espíritus ancestrales que le ayudan a ganar sus combates.
Y cuando de fiesta se trata, no se puede dejar de lado a Chériff Bakala, líder de una de las bandas que más ha triunfado este último año en Brazaville. Con una mezcla de estilos, desde el hip hop al rap y el soul pasando por el folk, los F.B.Stars componen canciones reivindicativas y pegadizas que se han ganado el favor del público nacional.
Teaser «Sunday in Brazzaville» from FSB on Vimeo.
En definitiva, una entretenida y muy interesante película que nos muestra una realidad muy distinta a la que estamos acostumbrados a ver y oír sobre África. Sin pasar por alto los problemas pero sin detenerse indefinidamente en ellos. Rápida, ágil y, sobre todo, diferente, supone un salto cualitativo en la forma de hacer documentales sobre el continente.