Can Themba escribió ‘The suit’ en los primeros años 50, pero tuvieron que pasar un par de décadas hasta que por fin la obra se adaptó como pieza de teatro, y todavía hoy sigue siendo un autor poco conocido, tanto dentro como fuera de su país. Por entonces era un joven profesor negro que comenzó escribiendo relatos cortos antes de pasar a formar parte de la plantilla de Drum Magazine– el primer magazine de lifestyle de África-, la única revista en la que se plasmaba la vibrante vida urbana de los townships, la aparición de la nueva música negra y la falta de oportunidades y educación de los bantúes, como se llamaba entonces a los negros de Sudáfrica.
Daniel Canodoise Themba había nacido en 1924 cuando los africanos soñaban todavía con un improbable futuro mejor. Estudiante en la Universidad de Fort Hare (la misma en la que lo haría Nelson Mandela), obtuvo su diploma como profesor de Inglés y se trasladó a Sophiatown, un barrio de Johannesburgo, donde pronto comenzó a trabajar. Tenía 24 años y el mundo por delante cuando en el país se instauró el Apartheid, que institucionalizaba por ley la separación de razas que ya existía de facto. Poco después comenzó a trabajar para la revista, donde formaría parte de los llamados Drum Boys, junto al conocido Henry Nxumalo (asesinado en 1957) entre otros. Un grupo de atrevidos periodistas que investigaban los atropellos cometidos por el régimen y hablaban sin tapujos contra las leyes del Apartheid, al tiempo que vivían la vida al máximo haciendo suyo el lema de “vivir rápido, morir joven y dejar un bonito cadáver”.
En las páginas de esta revista trabajó Can Themba durante nueve años, compatibilizando sus textos de cultura y entretenimiento con otros de denuncia, llegando a convertirse en un referente. Así lo recordaba el escritor y periodista británico Anthony Samspon , que se trasladó a Johannesburgo en los años 50: “Fue Can Themba, el más brillante de los escritores de Drum Magazine, quien primero me atrajo al seductor mundo de Sophiatown, el slum multirracial donde vivía en una pequeña habitación a la que llamaba “La Casa de la Verdad” [por la cantidad de libros que en ella había]. El me introdujo en el mundo de los shebeens, donde profesores, gánster, mensajeros y políticos se emborrachaban juntos con licor ilegal”.
Su conciencia política sobre el racismo en el que nació y fue educado hizo de él uno de los pensadores más comprometidos y críticos del momento –por entonces ni siquiera para todos los negros era tan evidente que las cosas podían ser de otra manera- pero a la vez le fue destrozando por dentro. Una devastación que llegó a su punto máximo con el fin del barrio por el que tanto había luchado. Tras la demolición, escribió su Requiem for Sophiatown: “Y todavía vago entre las ruinas con la esperanza de encontrarme un shebeen que Dr. Verwoerd [primer ministro y artífice del Apartheid] haya olvidado destrozar. Pero no me gustan los ojos muertos con los que me miran las casas fantasmas que voy dejando atrás”.
Su estado se fue deteriorando rápidamente, se refugió en la bebida y terminó siendo despedido de la revista. Sin barrio y sin redacción a la que ir, frustrado por las restricciones del Apartheid y sumergido en su propio abismo, terminó por marchar al exilio en Suazilandia, decidido a continuar con su trabajo de profesor. Su cuerpo no aguantaría ni una década más. En 1968, dos años de haber sido declarado “comunista”, y por lo tanto de que sus escritos fueran prohibidos, murió solo, a los 44 años, en su exilio en el pequeño país vecino. La rehabilitación tardaría en llegar, pero entre la década de los 71 y los 80 se publicaron dos de sus colección de historias: The Will to Die (1972) y The World of Can Themba (1985). Fue entonces cuando Peter Brook conoció su obra: “Sólo dejó unos cuantos relatos y esta pequeña obra maestra (…) Al conocerla, en 1970, decidimos montar la historia como obra teatral y elaborar toda una temporada sudafricana”.
* Publicado originalmente en la revista Africa Scientia, con motivo de la representación en Madrid de la obra The Suit, dirigida por Peter Brook. El próximo número de la revista ya está en el horno, podrás verla ¡a partir del 1 de noviembre!