Experta en temas sociales y ex vicepresidenta de Sudáfrica entre 2005 y 2008, Phumzile Mlambo-Ngcuka ha sido designada por Banki Moon como directora de ONU Mujeres, sustituyendo en el cargo a Michelle Bachelette, que dimitió hace unos meses.
En Sudáfrica fue la primera mujer en ocupar el puesto de vicepresidenta, (2005) además de ser ministra de Minerales y Energía (importante cartera en Sudáfrica), y, durante un corto tiempo, de Cultura, Ciencia y Tecnología. Una de las políticas impulsadas durante su mandato fue la de ‘úsalo o piérdelo’, como se conocía popularmente a la Ley que acabó con los derechos mineros en perpetuidad y por la que se instaba a los propietarios a mantener las minas activas si querían mantener la propiedad sobre ellas.
Durante sus mandatos se la consideró como una mujer eficiente y trabajadora, preocupada siempre por los derechos de las mujeres. Es, además, la responsable de de Umlambo Foundation, dedicada a trabajar y apoyar a los colegios más pobres de Sudáfrica y Malawi.
Nacida en 1955, realizo sus estudios en Ciencias Sociales y Educación en Lesotho, en los años 80 y durante un tiempo trabajo como profesora en KwaZulu-Natal. Pero muy pronto comenzó su carrera internacional, primero con la Asociación de Jóvenes Mujeres Cristianas -1984/1989-, en Ginebra, siempre trabajando en labores de lobby por la educación y el trabajo para los jóvenes. Fue entonces cuando fundó el Programa Young Women’s International y apoyó el movimiento de las mujeres ‘squatter’, – personas que viven en asentamientos informales, en las afueras de las grandes ciudades-.
Militante del CNA (Congreso Nacional Africano), en 1994, en las primeras elecciones libres de Sudáfrica, su vida cambió –como la de todos los negros africanos- pero en su caso más radicalmente. Fue elegida miembro del Parlamento, y desde entonces ocupó diversos puestos en el Gobierno y el partido. En 2005 llegó a la vicepresidencia, pero dos años más tarde, tras las desavenencias entre Mbeki y Zuma, terminó por perder su puesto en el partido. Durante su mandato se le acusó de financiación ilegal (a través de una compañía dedicada al petróleo, por lo tanto dependiente de su Ministerio), un escándalo denominado el ‘oilgate’ por la prensa sudafricana. Su nombre se vio implicado en el asunto y ella misma pidió a la Fiscalía que investigase, hasta que fue finamente absuelta de toda relación con el tema.
Según el secretario general de Naciones Unidas, Mlambo-Ngcuk aportará «una amplia experiencia en la promoción de las cuestiones de la mujer, combinada con liderazgo, capacidad para construir consensos y experiencia práctica en gestión». Todo esto le hará falta para enfrentarse a los retos que tiene por delante. Phumzile Mlambo-Ngcuka
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