«A principios de los 80 no parecía estar todo perdido (…) Sin embargo, la deuda exterior crecía y la disminución del PIB en relación a una población siempre en aumento obligaba a los países africanos a pedir cada vez más préstamos par equilibrar sus presupuestos. La mitad de las ayudas bilaterales se destinaba a devolver la deuda (…) A partir de1982 se impusieron los Planes de Ajuste Estructural, una especie de panacea para curar a África de todos sus males. Era necesario acabar con el despilfarro del dinero público. De ahí una restricción de los presupuestos (…) También se congelaron los salarios (…) y se recortó la contratación de los ámbitos de la salud y la educación.
Se decretó que los africanos vivían por encima de sus posibilidades” (…) ¡Los más sorprendidos fueron los propios africanos! (…)
Tanzania y Túnez hicieron oídos sordos al FMI aún a riesgo de pedirle menos dinero prestado. Los demás, sin embargo, se sometieron. ¿Cómo prescindir de los préstamos? Los pueblos se empobrecieron, desde luego, pero ¿no les habían dicho que se trataba de una situación transitoria? (…) Al final, la mitad de los países africanos pasaron de la pobreza a la miseria (…) *
¿Les suena de algo? … No se refiere a Europa ni al año 2012; de hecho, probablemente no sean situaciones comparables pero, qué quieren que les diga, me ha llamado mucho la atención encontrarme con esta introducción al contexto socioeconómico de África en los años 80 y ver que se parece tanto a la nuestra. Ya se sabe que la Historia se repite y nosotros nos estamos lanzándo de cabeza a cometer el mismo error. Vivir en una deuda perpetua no es bueno, desde luego, pero hay que saber cómo reconducir la situación. ¿Qué tal si empezamos poniendo límite a las finanzas, por ejemplo? De lo contrario, terminaremos en el camino que tratábamosde evitar.
* Texto extraído del libro “Historia de la Literatura Negroafricana”, Lilyan Kesteloot. Pág. 385 “El contexto económico: afropesimismo”. (Publicado en España en 2009 pero a partir de una versión original, en francés, del año 2004, cuando todavía no se decía de nosotros que vivíamos por encima de nuestras posibilidades).
Que bien hilado el texto, y que buen descubrimiento este libro que leeré, sin duda.
El FMI lleva hundiendo paises desde su creación, en los años 90, en las primeras manifestaciones «antiglobalización» ya se gritaban consignas contra este neoliberalismo, pero eran cuatro raritos, antisistema. Ahora hay una marea de agoviados-hipotecados que comienzan a abrir los ojos.
Muy buena reflexión, porque África no está tan lejos como piensan algunos.
Abrazos