Qué tienen en común Eusebio, -estrella del futbol en los años 60-, Samora Machel –primer presidente del Mozambique independiente- y el gran poeta José Craveirinha? Todos ellos nacieron o pasaron una parte importante de su vida en Mafalala, emblemático barrio de Maputo que destaca por su actividad cultural y su importancia histórica en los años anteriores a la Independencia. Un barrio que ahora podemos conocer gracias al libro “Mafalala, guía cultural del Barrio Histórico de Maputo”, de Alejando de los Santos Pérez.
Surgido a principios del siglo XX y poblado principalmente por los inmigrantes de todo el país que se trasladaban a la capital, entonces llamada Lourenço Marques, Mafalala es y fue siempre un barrio de casas de zinc y madera, de callejuelas sin asfaltar y muchachos correteando por las calles.
Una geografía que no ha cambiado en lo sustancial hasta el día de hoy, y entre la cual se fue formando un fuerte núcleo de resistencia cultural y política al apartheid que, de facto, impusieron los portugueses en Mozambique. Aunque sin nombrarlo como tal y sin llegar a tener la repercusión que tuvo la división racial de la vecina Sudáfrica, la ex colonia portuguesa vivió su propia segregación llegando hasta el punto de que “los indígenas estaban obligados a llevar un Carné Indígena que les limitaba el acceso a la ciudad de cemento (…) en los transportes públicos estaban obligados a ir de pie en las zonas traseras (…) y no tenían acceso a las zonas de recreo de la playa (…)”.
Estas y muchas otras discriminaciones fueron alimentando el movimiento independentista que se fraguó al calor de las ideas que los mineros (magaíças) que trabajaban en Johannesburgo aprendían de sus vecinos sudafricanos y propagaban a su vuelta. Nos lo cuenta el libro de Alejandro de los Santos Pérez, “Mafalala, guía cultural del Barrio Histórico de Maputo”, publicado por Plataforma Editorial con el apoyo de la Fundación Turismo Solidario y Sostenible en África, de Banesto. Un volumen que recoge una pequeña parte de esta historia trágica de Mozambique pero que se centra sobre todo en el aspecto más cultural del barrio.
Agitación política y cultural
Porque el fuerte movimiento intelectual de los años 40 y 50 tuvo su centro neurálgico precisamente en Mafalala, donde la gran poeta Noémia de Sousa y el escritor José Craveirinha redactaron el primer manifiesto anticolonialista. El barrio se agitaba políticamente al mismo tiempo que no dejaban de surgir nuevas manifestaciones culturales. Allí surgió la “marrabenta” , producto de la influencia de las nuevas músicas de occidente sobre los ritmos tradicionales mozambiqueños, y allí se desplegó la primera bandera del Mozambique independiente.
Hoy todavía se puede visitar en el barrio la casa-museo de José Craveirinha -con un guía de lujo: su propio hijo-; la mezquita de Baraza, construida por musulmanes procedentes de las Islas Comores y que sirvió como punto de encuentro para muchas reuniones secretas; la iglesia de Munhuana y lo que todavía queda de la Plaza de Toros Monumental, quizás el último reducto exótico de los portugueses en el país, inaugurada en 1956 y hoy completamente en desuso.
Además el barrio es un lugar excepcional para conocer lugares con música en directo (como el Bar do Lima), mercados tradicionales y asociaciones culturales que trabajan por mantener su vitalidad a pesar de las dificultades. Asociaciones en las que sobresale el trabajo de las mujeres, que han tomado las riendas y se han puesto manos a la obra para dinamizar el tejido social y productivo de Mafalala. Así sucede, por ejemplo, con la agrupación musical Tufo da Mafalala, a través de la cual sus integrantes se ganan la vida; con las responsables de Iverca, o con la bailarina de danza contemporánea Janet Mulapha, que llevó la obra Mafalala por diversos países europeos. Sin duda, un lugar con mucho que descubrir.
* Las imágenes están extraídas del libro ‘Mafalala, Guía Cultural del Barrio Histórico de Maputo’.
* El Texto se publicó originalmente en GuinGuinBali; allí podéis leer también una entrevista con su autor, Alejandro de los Santos Pérez, que nos exlica cómo conoció el barrio y decidió crear este libro.