Remedios contra la malaria, cura para la fiebre tifoidea, soluciones para la debilidad sexual y hasta tratamientos ¡contra el VIH! Así se presentan estos dos curanderos tradicionales, Maame Gyimaa y Dr. Sammy en su cartel publicitario. Una prueba más de que a pesar de los avances de las últimas décadas, todavía queda mucho trabajo por hacer en el campo de la salud y la concienciación sobre la Medicina y la importancia de acudir a los hospitales y centros de salud.
Foto tomada en Accra,capital de Ghana y precisamente uno de los países más desarrollados del África Occidental. Foto: Aurora M. Alcojor |
Carteles como éste se repiten a lo largo de la mayoría de los países del África occidental, con variantes en las enfermedades tratadas pero abarcando siempre un enorme múnero de ellas, sea cual sea su tipología.
En la mayoría de los casos, acudir a uno de estas ‘Herbal clinic’ no supone más que un gasto añadido y la toma de algunos compuestos que, si bien no logran curar la enfermedad, tampoco hacen daño a quie los toma. Pero no en todas ocasiones es así y más de una vez el remedio ha terminado empeorando al paciente, cuando no provocándole directamente su muerte.
Pero la importancia de estos curanderos tradicionales es tan grande, y tan dificil luchar contra su influencia, que Naciones Unidas ha tomado una nueva estrategia. No intentar convencer a la población de que no se fíen de su palabra, sino formar a los curanderos para que recomienden a sus pacientes lo que de verdad sea mejor para ellos. En este sentido, ONUSIDA trabaja, sobre todo desde Sudáfrica, en la mejor manera de «implicar a los curanderos tradicionales en el aumento del acceso a la atención y prevención del SIDA en África oriental«. De esta manera, los curanderos no pierden su trabajo, mientras que la labor de las agencias internacionales de salud queda reforzado y puede continuar una vez que ellas se marchan del terreno.
Sin duda, es un trabajo difícil y llevará su tiempo acercar posturas con los curanderos, pero es probablemente una de las mejores soluciones al problema de las enfermedades mal tratadas y al abuso de remedios inútiles, cuando no peligrosos, por parte de la población.
Me parece una iniciativa muy correcta la de naciones unidas, pero habrá casos de «curanderos» difíciles de reeducar, porque algunos mezclan el animismo con las enfermedades, o hacen «intervenciones» en sus «hospitales» y será difícil a los pacientes a la medicina de los «blancos».
Algunos curanderos si son inofensivos, o al menos no empeoran la enfermedad, pero otros hacen estragos, como aquellos que recomendaban acostarse con una virgen para echar fuera el VIH.
La cuestión es que esta medicina tradicional (en muchos casos no lo es) está muy dentro de la mentalidad de muchos africanos, si se ven esos carteles en las ciudades, y tienen éxito, ni imaginar cual es el alcance de estos en el medio rural.