Contrabando nuclear, exportación ilegal, desaparición de contenedores cargados de uranio, envíos secretos hacia Irán, contaminación radiactiva, empresas extranjeras implicadas en el fraude, zonas expuestas a radiación… Suena a película de James Bond, a historia de John le Carré o a la nueva serie de los creadores de Prision Break… pero es tan real como la vida misma y, como dirían en la tristemente desaparecida CNN, “está pasando, ahora mismo” en el corazón de África.
Al menos así se puede leer en los cables publicados en las últimas semanas por Wikileaks. Comunicaciones de las embajadas de Estados Unidos en diversos países africanos que no dejan lugar a dudas sobre el descontrol y la inseguridad existentes respecto a los materiales radiactivos que, en teoría, deberían almacenarse con las mayores vigilancias. Y los despachos hacen referencia a los últimos años, así que ni imaginarme quiero cómo sería la situación en plena Guerra Fría.
Como en tantos otros temas, podemos situar el epicentro del desbarajuste en la República Democrática del Congo, más concretamente en la provincia minera (y secesionista) de Katanga , donde se produce cobalto, cobre, estaño, radio, uranio y diamantes en minas no reguladas o controladas por mafias extra gubernamentales. Ya en 2007, Santiago Tazón escribía en su Afriblog sobre la desaparición de 100 barras de Uranio de la provincia de Katanga, del mercado negro de este material y del “escándalo nuclear en Congo».
Pero al fin y al cabo, en el caso de Katanga estamos hablando de uranio ‘virgen’, recién extraído, es decir, no peligroso por sí mismo. Lo peor es cuando se trata de uranio enriquecido y residuos atómicos y es aquí cuando algunas de las informaciones se vuelven más que preocupantes. Según ha publicado El País, un cable de la Embajada de EEUU en la R.D.C. en 2006 hablaba de una visita realizada por varios diplomáticos al Centro de Investigación Nuclear de Kinshasha, instalación que alberga dos reactores nucleares –recuerdo de tiempos mejores para el país– y diversas cantidades de uranio enriquecido apenas protegidos “por una valla de cemento de dos metros de altura sin alambre de espino, con partes en las que ya no existe el muro, sin iluminación nocturna, sin cámaras de vídeo y con un total de 21 vigilantes para todo el recinto”.
Éste es sólo uno de los ejemplos que ofrece El País, que habla también de robo de contenedores y barras de material radiactivo vagando sin rumbo por el continente y de cómo eran muchos los diplomáticos norteamericanos que tenían conocimiento directo de la falta de seguridad en naciones como Burundi, Níger y Tanzania, además de la mencionada RDC.
Pero además, los cables de Wikileaks revelan que son muchas las empresas europeas, chinas, indias y de alguna otra nacionalidad las implicadas en la extracción ilegal y el contrabando de uranio desde África.
Aquí podemos ver el cable sobre la empresa belga Malta Forrest Company. En él se explica que dicha compañía estaría extrayendo uranio de la RDC mediante un sofisticado procedimiento: primero xtrae el uranio (a pesar de que oficialmente se dedica sólo a la extracción de cobre y cobalto), lo une todo en un solo mineral y luego sortea los controles sobre el producto gracias a la ayuda de funcionarios corruptos. Finalmente, las compañías extranjeras compran el mineral y lo refinan en el extranjero para separar el uranio del cobre y el cobalto». Así, suceden cosas como que en 2006, una compañía finlandesa aseguraba haber importado una tonelada de uranio de la RDC mientras que la RDC juraba y perjuraba no haber vendido ni una gota de dicho material en todo el año.
Por último, pero no por ello menos importante –todo lo contrario, ya que afecta directamente a la vida de miles de personas-, los comunicados revelados por Wikileaks señalan que “toda la provincia de Katanga podría ser ‘algo’ radiactiva. Unas áreas más que otras y con niveles especialmente altos de radiación en algunas minas”. Así de contundente se expresaba uno de los cables enviados por la Embajada de Kinshasha en 2007. Además, constaba que, según una comisión gubernamental “existen niveles altamente peligrosos en la mina de Luiswishi, pero la empresa responsable, the Mining Company of South Katanga (CMSK) –de la que casualmente es propietario mayoritario la mencionada MaltaForest Company– estaba silenciando este hecho para poder continuar con las operaciones”.
En definitiva, una realidad que supera la ficción que hemos visto en libros y películas, pero sobre la que sin duda habría que poner más atención. Porque en vista de esto, yo me pregunto, ¿cómo es posible que los titulares sobre las revelaciones de Wikileaks fueran que Berlusconi es un juerguista, Putin machista o Zapatero indeciso? ¿No es acaso esto más importante? Y si no lo es por el hecho de que afecta directamente a miles de personas en África, -que eso no parece importar mucho- que lo sea al menos porque puede provocar catástrofes de consecuencias mundiales.
Gracias SuSo,
Tienes toda la razón, cada vez que un país africano descubre que tiene petróleo, por ejemplo, siempre me pregunto si le irán mejor las cosas o será el inicio de la debacle.. Pero bueno, supongo que con el tiempo irá cambiando la situación.
Yaivi, ya lo cambié. Saludos
Hola! Soy Yaïvi del blog El Armario de Yaïvi: http://yaivi.blogspot.com . Quería darte las gracias porque he visto que mi blog está entre los que hablan sobre Africa! hehehhe! Pero puedes cambiar la palabra «tonteria»… Please! Es que me suena raro en una presentación seria. hahahha! Gracias!
La gran losa que pesa sobre África es que es inmensamente rica, por eso caen sobre ella todos los ojos de la codicia, por eso es muy difícil que los países de África escojan su futuro.
Un blog muy instructivo e interesante, muy trabajado y con mucha información, un saludo.