Es difícil hacerse una idea de lo que está pasando exactamente en El Aaiún. Las imágenes son escalofriantes, al igual que los relatos que nos llegan, pero faltan informaciones precisas y dudo de que se conozcan en un futuro cercano.
Marruecos se está cuidando bien de la prensa extranjera, especialmente la española, expulsando a periodistas y retirando la acreditación a corresponsales que llevan hasta ocho años en el país, como es el caso de Luis de Vega, de cuyo blog hemos hablado aquí por lo interesante de sus textos.
Eso implica dos cosas. La primera, hace dudar muy mucho de los medios que está utilizando Rabat para acabar con una protesta que en principio era pacífica:.
Estos saharauis no eran el Polisario. Independientemente de que allí hubiesen simpatizantes del movimiento de liberación saharaui o independentistas, la protesta y la acampada tenía una motivación socio-económica. Era una reacción pacífica en el objeto de llamar la atención internacional sobre la situación de expolio que viene sufriendo la población saharaui en los territorios ocupados. (Del blog: Moral y Política)
La segunda, toda la información llega de un parte ‘interesada’, no neutral – independientemente de que estemos o no de acuerdo con sus reivindicaciones-, lo que puede llevar a situaciones de desinformación, como la publicación por casi todos los medios de una fotografía que era de Palestina y se ‘vendió’ como saharaui. La culpa es de los medios por no corroborar la información, pero -si es verdad que llegó a las redacciones desde personas afines al Polisario-, desacredita también a los saharauis.
Y más allá de las cuestions informativas -deberíamos recordar que el periodista nunca debe ser la noticia-, hay dos aspectos que me parecen realmente importantes.
– A pesar de que ya se han confirmado decenas de muertos y que algunos de los activistas españoles hablan de exterminio, el Gobierno sólo ‘lamenta’ el uso de la violencia y no se atreve a condenarla explícitamente.
– El Frente Polisario ha dado a entender que podrían retomar las armas ante una situación que se ha vuelto insostenible y los refugiados en Tinduf ya han expresado su desesperación y exigen una respuesta al Polisario. Es más, según Guinguinbali, están comenzando a organizarse al margen de él. Después de 30 años de espera, los saharauis están hartos de promesas incumplidas. De ese referéndum que nunca ha llegado a realizarse, de que Marruecos siga enviando a población marroquí para ‘colonizar’ el territorio, de no tener opciones de futuro en este país (lo mismo que les sucede a los bereberes, en el norte) y de ser completamente ignorados por la Comunidad Internacional. Habrá que ver cómo se desarrollan los acontecimientos pero es necesario exigir responsabilidades a Marruecos, retomar las conversaciones y lograr un acuerdo en el que ambas partes tendrán necesariamente que ceder algo para evitar un nuevo conflicto que, probablemente, no llevará a nada.
PD: Para contextualizar el problema saharaui, un corto texto de Araceli Mangas, catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Salamanca: El volcán del Sáhara, de nuevo en erupción.
Muy interesante el post, Auro, tanto lo que cuentas tú como lo que dice esa Catedrática…Lo del Sahara es un drama del que no podemos desentendernos…Palabra y conciencia para esa gente que está siendo esquilmada.