Nigeria es el primer país productor de petróleo de África y el octavo del mundo. Entre 2008 y 2009, cuando el mundo occidental se hundía en la miseria de esta crisis, Nigeria crecía, como si nada, al 8%. Su industria cinematográfica, Nollywood, edita más títulos que su todopoderosa homóloga americana -aunque, claro está, recauda mucho menos- y los nuevos ricos florecen por doquier.
Es, claramente, el lugar perfecto para hacer negocios, como bien sabe Shell, que se debe estar muriendo de la risa al ver como su competidora, BP, las pasa putas en el Golfo de México por el vertido de petróleo –se calcula que han sido 6,4 millones de litros al día durante mes y medio, el doble de lo previsto inicialmente– mientras que ella campa a sus anchas por Nigeria.
No sé si las cantidades vertidas son comparables o no, pero según recoge GuinGuinBali, «un informe elaborado en 2006 por WWF Reino Unido y la Fundación para la Conservación de Nigeria cifra los vertidos de los últimos 50 años en 1,5 millones de toneladas de petróleo. El año pasado, Amnistía Internacional calculó que se vertió el equivalente a 9 millones de barriles y acusó a las compañías petroleras de atentar contra los derechos humanos«.
El caso es que Shell pone en peligro la vida de miles de personas cada día y el asunto no tiene la menor relevancia mundial. No es sólo que no se le dé espacio, es que directamente se veta su presencia, como hizo hace unos meses Financial Times negándose a publicar este anuncio de Amnistía Internacional:
Peor aún es el caso de los cientos de muertos provocados por el envenenamiento de tierras y aguas en la región de Zamfara, también en Nigeria. Según pubicada Mundo Negro: «El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta, Estados Unidos, expresó ayer a través de un comunicado que «la extensión del envenenamiento no tiene precedentes en la historia de los principales casos tratados hasta ahora en el mundo», en referencia al grave episodio de envenenamiento por metales pesados (plomo y mercurio) que se ha producido desde hace meses en algunas áreas del estado de Zamfara, en el noroeste de Nigeria«.
Y tantos otros casos de los que ni nos llegaremos a enterar.
Sin embargo, siempre hay esperanza. Y gente que lucha y se atreve a denunciar a las grandes multinacionales. Y gente que les apoya y, al final, noticias como la de que Shell tuvo que pagar 15,5 millones de dólares a las familias de los nueve activistas asesinados en Ogoni en 1995 (En 1995, el Gobierno militar nigeriano ejecutó al poeta Ken Saro-Wiwa y otras ocho personas acusándoles de sabotaje contra la Shell. Cinco años después, un grupo de nigerianos presentó una denuncia contra la petrolera, alegando que se había confaulado con el Régimen para silenciar a quienes se oponían a sus actividades empresariales), y la de hoy, que es la que ha motivado el post, que Shell se ha comprometido a limpiar 268 vertidos de petróleo en el Delta del Níger.
[Actualizado el 7 de julio: Nigeria condena a una multinacional petrolera 40 años después, publicado en Mundo Negro]
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