Dentro de unos años, 15 de septiembre, primer día de escuela en algún lugar de España.
La profesora pasa lista:
«Mustafá El-Ekhseri”………….………¡Presente!
“Obamba Moluni”…………………….. ¡Presente!
«Achmed El-Cabul»………….….……. ¡Presente!
«Evo Menchú»…………………..….…. ¡Presente!
«Yao Ming Chao»……………………… ¡Presente!
«Al Ber Tomar Tindi-Ez»………………. Nadie contesta
«Al Ber Tomar Tindi-Ez», vuelve a repetir la profesora algo mosqueada ……….. Nadie contesta
«Por última vez: Al Ber Tomar Tindi-Ez», dijo la profesora bastante cabreada.
De repente se levanta un chico y dice: «Debo ser yo profesora, pero se pronuncia: Alberto Martín Díez»
(Vía: Inmigración, una oportunidad)
Seguro que hay quen vea en este chiste un argumento para advertir sobre la inmigración y la ‘invasión’ que se nos viene encima. A mí me ha parecido gracioso y creo que s con laerá interesante una escuela interracial en la que habrá muchas cosas que descubrir y compartir entre alumnos.
También será sin duda dificil dar las clases, promover la integración, evitar la creación de guetos, lidiars diferencias culturales -como la del velo, que en mi opinión sí debería estar prohibido en los colegios-, las diferentes creencias… Pero quizás haga de los niños gente más abierta y más tolerante. Sólo quizás, claro, porque si no somos capaces de ponernos de acuerdo para un Pacto por la Educación entre nosotros mismos, ¿cómo lo vamos a ser cuando se trate de hacerlo con otras culturas?