[Logo del Tanz Café, donde cada miércoles hay noche de comedia]
El humor es una buena manera de comprender a un país.
Por supuesto, hay que llevar un tiempo viviendo en él para entenderlo, pero además da muchas pistas de por dónde van los sentimientos y pensamientos de toda una nación.
Ayer estuvimos en una ‘stand-up comedy’, algo así como el Club de la Comedia, y me sirvió para darme cuenta de esto. En España, el monólogo y los chistes habrían versado sobre lo vagos que somos, lo que nos gusta la fiesta y el fútbol o de los problemas interterritoriales.
Aquí, por supuesto, dos eran los temas estrella: la inseguridad y la raza.
Comediante: -«Hace unos meses estuve en Cape Town y me asombró ver que todos los carteles electorales de la DA (Democratic Alliance, el partido de ‘blancos’, la única oposición al ANC) estaban situados en dirección contraria al paso de los coches. No entendía nada. ¿Quién va a votar a estos, si ponen los carteles al revés? Ah, sí, claro, los blancos, que van en el coche mirando hacia atrás por miedo a que les roben.
(Sé que contado así no tiene ni la mitad de gracia de la que tiene el tío cuando lo cuenta, pero bueno, quedaros con la esencia!).
Lo mejor fue cuando uno de los que actuaba le preguntó a Fernando, un compañaero nuestro, de dónde era.
Fernando: – De España.
Comediante: – Ah, sí, ¿y qué haces aquí?
Fer: Pues estoy trabajando aquí.
C: ¿Y cuánto tiempo llevas?
Fer: Ocho meses.
C: Ah, ya casi te puedes considerar sudafricano pero… la verdadera pregunta es ¿te han robado ya?
Fer:(Con cara de circunstancias): Pues sí, el coche!
El comediante, ‘entusiasmado’: -Síiii??, !hombre, entonces ya eres uno más, enhorabuena tío!. ¿Y cómo fue? ¿Te apuntaron con pistolas y te hicieron bajar del coche?
Fer: -Bueno, no, me lo robaron cuando estaba aparcado.
Comediante: -Uhhhhhhh, buaaaaaaaaaah, entonces no tiene mérito, tío. Buaaaaah, todavía no eres un verdadero sudafricano.
Ahora, mientras lo escribo, me parece una burrada que te pregunten en coña si te apuntaron con una pistola -más sabiendo que pasa en la realidad- pero lo cierto es que este diálogo arrancó algunas de las carcajadas más grandes de la noche.