Conectarse a Internet en África puede llegar a ser desesperante.
En Sudáfrica funciona bien, pero en otros sitios como Zimbabwe o Mozambique, la mayoría de las veces se convierte en misión imposible.
Hasta ahora, los países africanos se han basado en las conexiones por satélite para el uso de Internet y para las llamadas móviles. Pero en este asunto, parece que la solución no está en el cielo sino en el mar.
Ya hace una década que el mundo ‘desarrollado’ se empezó a conectar entre sí a través de inmensos cables de fibra óptica que recorren los océanos.
África se había quedado fuera, pero en un futuro muy próximo, diversas compañías pretenden desarrollar hasta tres cables de este tipo que rodearán el continente negro y lo conectarán con Europa. Si entre medias no se ‘cuelan’ la corrupción y los chanchullos, este nuevo medio de conexión debería suponer más rapidez en la conexión, mejor calidad y un servicio más barato.