De Soweto hemos hablado mucho en este blog, pues es imprescindible para conocer la historia de Sudáfrica durante el Apartheid. Y este año no podía ser menos.
El pasado 16 de junio de 2016 se conmemoraban 40 años de la matanza contra los jóvenes estudiantes que se rebelaron contra el Apartheid y su intención de imponer el afrikaans en las escuelas. Sudáfrica, que instauró esta fecha como el Día de la Juventud, y que cada año celebra desfiles para recordar el momento, lo ha hecho en esta ocasión más intensamente si cabe, aprovechando la efeméride.
Se han depositado flores en el museo de Hector Pieterson, se han organizado charlas y conferencias y la historia se ha repetido en las televisiones y las redes sociales. Además, muchos han relacionado aquellas protestas con las de la actualidad, pues los jóvenes llevan meses manifestándose contra la imposición de unas elevadas tasas universitarias que impedirían a muchos asistir a clase y que dejan clara la desigualdad que todavía hoy existen en Sudáfrica.
También el resto del mundo ha recordadado este momento: lo ha hecho The Guardian preguntando a los sudafricanos y británicos qué recuerdan de aquel día; lo ha hecho Casa África, inaugurando la exposición ARtivismo, una exposición de 48 carteles sobre el papel de la cultura en la lucha antiapartheid (también hablamos de ello en este blog) , y lo han hecho los medios nacionales.
Y, por supuesto, lo hemos hecho en este blog. Por mi parte, he tenido el placer de contarlo para La Aventura de la Historia y de colaborar con el programa Travesías, que dirige María Eulate, en Radio 5.
Aprovecho esta entrada para reproducir algunas partes y compartir algunas de las imágenes que también se hicieron aquel día pero que no dieron la vuelta al mundo, como pasó con la del periodista Sam Nzima (que, por cierto, tiene una historia fascinante: después de tomar la imagen que se iba a convertir en el icono de la protesta, tuvo que dejar el periodismo, volver a su ciduad natal y dedicarse a dar clases de fotografía, por el hostigamiento que sufrió él y su periódico, The World, que cerraría dos años más tarde).
Era una fría mañana de invierno en Soweto, un barrio sólo para negros, a las afueras de Johannesburgo. Un miércoles aparentemente normal, aunque los estudiantes llevaban ya semanas movilizados contra la intención del Gobierno de hacer efectiva la ley de Educación Bantú que obligaba a estudiar en afrikáans al menos la mitad de las asignaturas.
Desde primera hora de aquel 16 de junio de 1976, decenas de jóvenes comenzaron a reunirse portando unas rudimentarias pancartas en las que se podía leer «Abajo el afrikaans, abajo la ley bantú» (que imponía lamentables condiciones educativas para la población negra) o «El afrikaans es el idioma del opresor». El objetivo era realizar una multitudinaria marcha y a eso de las 9.30 de la mañana, varios miles de estudiantes se encontraban ya en los alrededores del Orlando West High School.