Primeras impresiones desde Camerún

Situado en el Golfo de Guinea, Camerún tiene una extensísima frontera con Nigeria, Chad y República Centroafricana. Al sur, sus vecinos son Guinea Ecuatorial, Gabón y Congo Brazaville.
Situado en el Golfo de Guinea, Camerún tiene una extensísima frontera con Nigeria, Chad y República Centroafricana. Al sur, sus vecinos son Guinea Ecuatorial, Gabón y Congo Brazaville.

He mirado mucho el mapa de Camerún estos días. No es que el país sea enorme, -su tamaño es similar a España, aunque no llega a la mitad de habitantes (22 millones)-, pero me han fascinado sus ‘formas’.  Enclavado en el Golfo de Guinea, tiene una frontera de nada menos que 1700 kilómetros con Nigeria, -disputas territoriales incluidas, aunque resueltas pacíficamente en los tribunales internacionales-, y un larguísimo extremo norte que se va estrechando progresivamente hasta morir en el Lago Chad, del que posee una parte. Al este, otros tantos miles de kilómetros compartidos con vecinos inestables: Chad y la República Centroafricana. Y al sur, una línea prácticamente recta, que le separa de Guinea Ecuatorial, Gabón y Congo Brazzaville.

Una geografía poderosa y una vegetación exuberante, gracias la riqueza de los suelos y una climatología que hace que la actividad agrícola sea la base de la economía y el primer ‘empleador’ del país. Cacao, madera, café, algodón, plátano, caucho y, cada vez más, palma aceitera, son los recursos principales del país, aunque también exporta hidrocarburos desde que se descubrieran algunos yacimientos petrolíferos en su territorio.

Camerún es uno de los pocos países africanos que ha vivido en paz permanente desde el momento cero de su independencia, en 1960. Y eso que no lo tenía fácil: tras la colonización, la parte norte de la antigua colonia decidió unirse a Nigeria, mientras que la zona sur se sumó a Camerún como estado federado. Un estatus que mantuvo hasta 1972 cuando ambas partes se unificaron en un solo estado. Una fecha, la de la ‘reunificación’, que se celebra más si cabe que la propia independencia.

 

Primeras impresiones desde Camerún
La riqueza del suelo y la climatología provocan una inmensa exuberancia vegetal en la zona central de Camerún.

Desde entonces, ha acogido refugiados de uno y otro lado de sus fronteras, ha soportado la piratería en las aguas del Golfo de Guinea, y ha dirimido conflictos territoriales de forma pacífica. Todo un ejemplo a seguir que sin embargo se enfrenta ahora a un nuevo problema: el terrorismo de Boko Haram y las incursiones periódicas del grupo armado en el extremo norte del país. Una situación que está provocando enormes quebraderos de cabeza a un país en el que comenzaba a despuntar el sector turístico -es una joya en bruto- y en el que las distintias religiones han convivido en pefecta armonía.

También conviven con normalidad los dos idiomas oficiales: francés  e inglés, y las más de 230 lenguas habladas en el país. Sin embargo, la realidad dista mucho del bilingüismo perfecgto del que hablan las leyes: Aunque se supone que inglés y francés comparten espacio a partes iguales,la realidad es que el francés se impone masivamente en todo el país salvo en las dos provincias claramente anglófonas. De igual modo, incluso si las administraciones y los medios de comunicación están supuestamente obligados a utilizar ambos idiomas, es el francés quien ha ganado claramente esta batalla. En la televisión pública, sin ir más lejos, las noticias se ofrecen por bloques de reportajes que se repiten primero en un idioma y luego en otro, pero siempre predomina el francés.

Económicamente, Camerún fue uno de los países duramente afectados por la crisis de finales de los años 80, la caída de los precios de materias primas como el cacao y devaluación del Franco CFA en 1994. Desde entonces luchan por recuperarse. La situación parece haber mejorado en los últimos años, pero todavía las tasas de pobreza siguen siendo muy altas.

Hoy, como en todas las grandes urbes africanas, las motos chinas invaden sus calles y las construcciones financiadas por el gigante asiático están a la orden del día. No en vano, el principal socio comercial de Camerún en el último lustro ha sido China, mientras que Francia ha ido perdiendo su lugar y mantiene una tendencia a la baja”, según la Oficina de Información Diplomática de España en el país.  Eso no significa, claro, que las empresas francesas no sigan teniendo un lugar prominente en casi todos los sectores, como sucede en el de la explotación de palma aceitera, que es precisamente lo que hemos ido a conocer y de lo que hablaremos en próximos posts.

 

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3 comentarios

  1. Impresiones desde Camerún: los recursos salen, los beneficios no llegan. – Conocer para transformar, sin verdades absolutas.

    […] visitado Camerún durante unas semanas para preguntar e investigar sobre la expansión de la palma aceitera en […]

  2. […] visitado Camerún durante unas semanas para preguntar e investigar sobre la expansión de la palma aceitera en el […]

  3. […] visitado Camerún durante unas semanas para preguntar e investigar sobre la expansión de la palma aceitera en el […]

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