Focus Níger

Ayer tocó tarde africana en Miradas Doc. Unas 10 personas en la sala de abajo, supongo que es lo que pasa cuando titulas a algo «Focus Níger».

Focus Níger El primer corto fue Los chicos de Dakoro, sobre un centro de reintegración de jóvenes en Níger, un documental que me pareció bastante regular y no me transmitió nada más allá  de las dificultades de un centro de estas características en un lugar empobrecido.  Ni la calidad ni el sonido ayudaban -y la banda sonora era pésima-, así que se me terminó haciendo pesado. En descarga de los autores, decir que en los créditos aparecían tan sólo tres personas, el propio director se encargó del sonido y la distribución y un amigo le ayudó en el montaje. No debe ser fácil hacer cine así.
Y como documento sobre la realidad social de su país sí tiene un gran interés: la historia de chicos que roban, que se pelean y hasta matan y las pocas posibilidades de reinserción en un país como Níger. Me sorprendió además, la naturalidad con la que lo cuentan y cómo, todos a coro, celebran las barrabasadas de los demás. Dice uno «ese día me había drogado con disolvente», y los más pequeños, de no más de 10 años, se ríen a carcajadas. Otro recuerda que la policía le pegó mientras estaba detenido y el resto se ríe aún más fuerte. Este robaba a su abuela; el otro a su madre, y todos lo celebran con vítores. Eso sí me impactó.

Después vino Paysans des sables, que comienza muy bien, hablando sobre el Imperio de los Askias y el relumbrante pasado de la ciudad de Gao, para terminar centrándose en la sequía que asola esta zona desde los años 80. Y ahí comenzaron las imágenes que todos hemos visto alguna vez de hombres y mujeres intentando sembrar una tierra yerma en la que es obvio que nunca crecerá nada; las imágenes de esas casas cuadradas de adobe y esas mujeres que esperan y esperan el paso de los días en pos de tiempos mejores, los animales muertos en los campos, las vacunaciones multitudinarias sin orden ni concierto, un médico con una pistola pinchando a lo loco los brazos de cientos de niños que se arremolinan en torno a él… En fin, que tampoco terminó de convencerme.

En vista del éxito, me salté la siguiente y volví para Combat d´une femme, y esta sí, ésta me encantó. Sólo 30 minutos para contar, a la vez, un problema social: el día a día de los discapacitados en Níger, y una historia de superación, la de Fati Hamidou, una mujer capaz de lidiar con su enfermedad, enfrentarse a los problemas y liderar la lucha de los discapacitados de todo tipo en su país. Una mujer que, además, ha encontrado en el deporte su forma de salir adelante y que no deja de reivindicar sus derechos. Dice en el documental: “En la última competición, que se celebró en Nigeria, los deportistas normales fueron en avión, y nosotros en autobús. Este país no nos tiene en cuenta”. Y deja un espacio para el humor: “Espero que a China (a los Juegos de 2008) no nos lleven también en autobús”.
Una mujer que lo mismo está haciendo proclamas políticas por el feminismo que bailando desde su ‘carro’ de ruedas -porque no es exactamente una silla-, o luchando desde su asociación para que los discapacitados dejen la mendicidad –prácticamente su única opción de supervivencia- y puedan formarse y encontrar un trabajo.

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